Maestros son reprimidos violentamente en primer día de paro

-Policía impuso orden con balas de goma y varazos

Una vez más, los maestros loretanos fueron reprimidos violentamente por la policía nacional. Ayer durante las protestas por el inicio del paro de 48 horas, los efectivos impusieron el orden con perdigones, varazos y golpes.

Los incidentes se produjeron al promediar las nueve y media de la mañana en el malecón Tarapacá, frente a la sede principal de la dirección regional de Educación de Loreto.

La manifestación se estaba desarrollando de manera pacífica. A las siete y media de la mañana, el comité de lucha del sector Educación se posicionó frente a la DREL para evitar el ingreso de los trabajadores.

A esa hora se pudo apreciar a dirigentes como Girdler Torres, Waldo García, Juana Ríos, David Cubas, entre otros. Ellos fueron los que iniciaron el paro de 48 horas rechazando la corrupción en el sector.

Con megáfonos y pancartas en mano, los del Sutep y los administrativos pidieron la salida del director Jaime Fartolino y de los funcionarios presuntamente corruptos.

Algunos dirigentes intentaron bloquear el tránsito en el cruce de la calle Morona, pero los custodios los hicieron retroceder. Luego se plantaron en la pista frente a la Gobernación, impidiendo el paso de los vehículos.

Cuando todo hacía suponer que el paro comenzaba de manera pacífica, los manifestantes se dispersaron, se volvieron a juntar y regresaron en movilización decididos a enfrentarse con la policía.

El grupo entró por la calle Morona y el malecón Tarapacá y fueron de frente a la DREL, donde estaban parados más de veinte policías. Los insultos y empujones sacaron de sus casillas a los de la DUES, quienes se fueron encima de los maestros y trabajadores.

En la represión se escucharon perdigonazos, botellas rotas y gritos desesperados de las profesoras. Varios docentes cayeron al suelo al sufrir el impacto de las balas de goma y los varazos de ley.

Luego de esta «batalla campal», la calma regresó rápidamente. No hubo más protestas pero sí muchas recriminaciones por parte de los manifestantes. «Somos educadores y no delincuentes, no pueden tratarnos así», exclamaron. (MC)