Maestros de El Putumayo sometidos a un olvido atroz

  • ”Villa de maestros” se cae a pedazos, se bañan con agua de pozo y ocupan un mismo servicio higiénico.


Pese a la realidad conocida desde hace muchos años, a ninguno de los presidentes, menos a los candidatos a la presidencia del Perú se les escucha propuestas para sacar del absoluto subdesarrollo a los pueblos ubicados en la frontera con Colombia, Brasil o Ecuador. Nada. Piensan que hablar de propuestas, es decir que reforzarán a las fuerzas armadas para que cuiden la línea fronteriza.
Mientras que en las localidades o ciudades ubicadas al frente de la frontera con Perú los maestros cuentan con verdaderas villas donde vivir con todas las comodidades, con todas las herramientas para desarrollar la tarea de forjar a las nuevas generaciones; en el Perú los maestros pasan penurias indignas.
Comenzando que les pagan 100 soles por trabajar en localidades alejadas, donde los productos llegan a costar hasta el triple que en el Perú. De manera inopinada, una noche de abril, llegamos al ambiente donde vive el profesor de computación e informática Adriano Teddy Isuiza, que estaba frente a su computadora trabajando en Word porque para Internet no le sirve. Le ganaba al tiempo puesto que a las 12 de la noche cortaban el fluido hasta el día siguiente a las 6 am.
“Nosotros tenemos que traer nuestros equipos, comprar también las hojas para luego imprimir y brindar a nuestros alumnos. Pero acá no contamos con Internet, si deseamos en nuestro celular hay que pagar 5 soles por una hora.
A los alumnos les entregamos las hojas con la información, luego ellos la desarrollan en sus casas y nos traen acá para evaluarlos y nosotros también hacemos nuestros informes de lo avanzado” menciona el profesor Adriano que labora para el colegio “Medardo André” de El Estrecho.
Profesor es deplorable las condiciones en que viven por meses, un cuarto de 6 por 5 metros donde está su salita y su cuarto…qué olvido para inmenso en la frontera peruana…
-Sí, en los países vecinos los maestros son los más considerados y cuentan con todo. Nada parecido a nuestra realidad de aquí. Acá yo he tenido que comprar mi colchón y hamaca, no hay tarima (base de la cama). También una cortinita para separar el cuarto de la sala. El baño es común y para bañarnos bajamos a un pozo que está cerca.
Dice el maestro. Y vemos su nobleza porque pese a que vive en un ambiente donde el cielo raso se cae a pedazos, filtra el agua de lluvia, las paredes están rajadas y con un piso viejo; él no pide mejores ambientes, sino que hace un llamado para que las autoridades les doten de más materiales, de mejores herramientas de comunicación para formar a las nuevas generaciones de esa parte del país. (Luz Marina Herrera Lama).