Los gases nuestros de cada día.

Nuestra otrora impoluta ciudad que proporcionaba hasta fines de los años setenta un ambiente libre de contaminación ambiental y antes bien purificada por la cercanía  a sus límites de una riquísima flora selvática, ahora gracias a los avances de la tecnología, de punta,  le llaman los expertos, ha perdido en gran porcentaje su pureza ambiental y luce como una ciudad al borde del colapso, debido a la  cada vez más agresiva contaminación ambiental propiciada por el parque automotor en sus distintas fisonomías, automóviles camiones, camionetas, mototaxis y motocicletas.

Con casi cinco mil  vehículos mayores, más de 17 mil motocarros y casi 20 mil motocicletas, Iquitos está condenado a colapsar como ciudad habitable, debido a la absorción diaria por parte de sus habitantes, de los contaminantes que dejan escapar los vehículos añejos que usan combustibles que  contienen una considerable cantidad de azufre, elemento que genera uno de los gases más peligrosos, entre ellos el dióxido de azufre.

Si tomamos en cuenta los índices señalados por la OMS, en cuanto a volúmenes de contaminación, encontramos que la emisión de dióxido no debe superar a los 20 volúmenes, sin embargo  en la ciudad  alcanza a más de 130. Si a esto se  agrega que el  material particulado (PM), otro contaminante peligroso, puede ingresar con facilidad en el pulmón, ya que es microscópico, encontramos que el problema se agudiza cada vez más en toda la ciudad.

Pero ¿quién es el responsable  directo de tal situación?, la respuesta nos la da un especialista  en el tema, quien  dice que un 86% de la contaminación es producida por el transporte, vehículos en mal estado, sin revisiones técnicas, muchas con antigüedad de más de 30 años.

¿Qué hacer para atenuar dicha situación?, pues desarrollar un imprescindible reordenamiento del tránsito mediante planes maestros de revisiones técnicas, sí, como desarrollar también acuerdos con los fabricantes de combustibles para encontrar  la forma de reducir el contenido de azufre en los combustibles.

Dentro de los planes a ejecutar  para disminuir o controlar los efectos de la contaminación  ambiental, debe desarrollarse una ficha médica de personas que están en constante contacto con elementos contaminantes, entre ellos los policías de tránsito que deben ser sometidos a un examen de espirometría para determinar el estado de sus pulmones. Aquí la solución podría ser la rotación de efectivos, hasta lograr un control total del problema mediante otros sistemas que protejan a toda la población.