Limpieza Pública: Compromiso de todos

Constantemente reclamamos por qué nuestra ciudad y distritos presentan acumulación de basura y todo tipo de desperdicios orgánicos e inorgánicos, que representan no solo un problema para el ornato, sino también para la salud de la población porque está expuesta a una serie de enfermedades, no solo como consecuencia de la presencia de insectos y roedores, sino también porque en el ambiente, están dispersos una serie de bacterias y elementos nocivos para la salud de las personas, las mismas que a veces ocasionan una serie de enfermedades.
Los pobladores dicen que el problema radica en un deficiente servicio de recojo de basura, que los carros recolectores no llegan a todas las calles y pasajes, que no se cumple con el horario establecido, que la limpieza de las calles, hace tiempo ha dejado de ser permanente y diaria, que la presencia de perros y gatos sin dueño hace que la basura esté dispersa por calles y jardines, que las áreas verdes no son conservadas como debería ser, permitiendo por el contrario que se conviertan en lugares de acopio de inservibles.
Dice también, la mayoría de la población, que los funcionarios y autoridades no han sido capaces hasta ahora, de encontrar una solución concreta y definitiva al problema, lo cierto es que mientras todos nos culpamos, el problema continúa sin tener una solución a corto plazo, por lo visto. Y eso, y eso sí es preocupante porque de por medio está, no solo el ornato de la ciudad, sino también la situación de salud de la población, la misma que está en riesgo permanente, esperando que este problema llegue a su fin, lo más pronto posible.
Sin embargo, también debemos, como ciudadanos, tomar conciencia que en muchos casos no contribuimos en nada para la solución de este problema, ya que en lugar de colaborar con la limpieza de nuestras calles, propiciamos la formación de lugares de acopio de basura en diferentes esquinas, de manera que ya no es extraño ver en diferentes zonas verdaderos basurales de los cuales, emanan olores fétidos, que molestan a todos, haciendo prácticamente irrespirable el aire por dichos lugares.
En los alrededores de los mercados la situación es más complicada, ya no existe la buena costumbre de los vendedores de antes, que una vez culminada su jornada de trabajo, recogían los desperdicios de los productos que vendían, los envolvían en bolsas y las colocaban en lugares por donde debía pasar el carro recolector, ahora botan los desperdicios en cualquier lugar dentro y fuera del mercado, sin importarles el problema que ocasionan en perjuicio de los demás y esa, es una mala costumbre que se va incrementando
Por eso se dice, con razón, que el asunto de la limpieza pública es, compromiso de todos, autoridades y pobladores. Si es posible coordinando o con apoyo de las fuerzas armadas, cuyos reclutas podrían poner su mano de obra en la búsqueda de la solución a este problema, pero debe haber un compromiso serio, no redactado en papeles, sino en la mente y la conciencia de todos, autoridades y pobladores, caso contrario, estaremos condenados a ver siempre nuestras calles sucias, con presencia de basura en lugar de árboles y flores.