La era de la abundancia terminó, nos señalan organismos internacionales

  • Salvo que ocurra algo maravilloso que podría experimentar un nuevo quiebre en la economía.FOTO pagina central 5 FOTO pagina central

Pasaron 365 días (2015) y nuestro caminar fue demasiado lento, con cambios bruscos, aptitudes torpes y resultados nada alentadores; todo esto en un escenario global que desde hace algunos años, manos invisibles, están pintarrajeando todo aquello que se llama mundo. La era de la abundancia terminó, nos señalan organismos internacionales, y no lo vamos a volver a ver, de pronto, hasta dentro de 4 años cuando el Perú celebre su bicentenario; salvo que ocurra algo maravilloso que podría experimentar un nuevo quiebre en la economía y vuelva aparecer esos años dorados del gasto ilimitado y del consumidor global que tiene en su subconsciente la idea prendida que para ser feliz hay que gastar hasta lo imposible.
El recambio de bienes y la velocidad en que se mueven los servicios, permite una acelerada demanda de insumos y materia prima para poder satisfacer los poderes del mercado.
Este camino de la abundancia y del gasto desenfrenado nos está llevando a trastocar límites del cual deberíamos respetar y conocer sus consecuencias. China, país que es el modelo de crecimiento y desarrollo y que en los últimos años fue la locomotora que jaló al mundo (y lo sigue haciendo), sufre hoy las consecuencias de su megaconsumismo: prendió la alerta roja por su alta contaminación del ambiente (nube contaminante) obligando a sus ciudadanos a usar mascarillas y que los colegios se mantengan cerrados.
El crecimiento y la abundancia que sufrimos, no fue muy amigable con el medio ambiente que nos rodea y que ahora nos está pasando, de a poquitos, la factura: el clima está cambiando abruptamente y la Aprobación del Acuerdo de París es una clara muestra que existe una voluntad de hacer frente al cambio climático y cómo financiarlo, aprobando una Resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas titulada «Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible».
El temor al futuro es global y una muestra de ello es la decisión del presidente ejecutivo de Facebook Inc que, junto a su esposa, van a ceder el 99% de sus acciones (valorizadas en US$45,000 millones) a una nueva organización de caridad en el transcurso de sus vidas para que, junto a otros millonarios-filántropos globales, sumen esfuerzos por mejorar este mundo para las futuras generaciones.
Este fondo pretende impulsar el potencial y promover la equidad en áreas como salud, educación, investigación científica y energía. Este anuncio fue en el instante que presentó a la sociedad a su hija con días de nacida.
En el Perú, los cambios en la pirámide de los ingresos entre los años 2000- 2010 permitió que un grupo importante de ciudadanos cambiaran su estatus y ahora tienen un mercado potencial de US$43 mil millones. Este mercado representa el 62% de la población y gasta anualmente 33% más que en el 2000. Sin embargo, este progreso económico observado, no agarró de la mano al progreso social: las condiciones de vida del poblador urbano mejoró sustancialmente, mientras que el paisaje rural lo hizo demasiado lento y en el extremo, estas diferencias, se ampliaron.
Esta mejora de los ingresos se explican por las condiciones del empleo y no por las políticas redistributivas (subvenciones y subsidios) como lo manifiesta el Banco Mundial; se tiene que tomar en cuenta que todo este proceso de cambios sociales y económicos que tiene el Perú en estos años no fue por obra del azar ni por las condiciones fortuitas del momento. Fue un largo proceso de cambios y reformas, que ahora requiere implementar un nuevo esfuerzo para que el proceso no se detenga y pueda empujar oxígeno a las estructuras sociales y económicas para seguir avanzando por la senda del progreso y de la continuidad de ir achicando las diferencias geográficas y de la calidad de vida.
En estos últimos años, la velocidad de nuestro crecimiento corre paralelo a los cambios estructurales que se pretendían realizar y que se quedaron pendientes de realizarse o de implementarse, por la poca efectividad del gobierno de impulsar mecanismos de comunicación con el ciudadano bajo la premisa que el gobierno nacional lo puede todo, incluso, de dilatar el pobre esfuerzo a la descentralización de años anteriores.
La economía peruana mostró un singular y lógico resentimiento en los 2 últimos años (2014-2015), cuando la producción nacional acumuló una ciframenor a lo observado en el 2013, provocada, entre otras, por la caída del sector petrolero, pesca, manufactura y construcción, y por cierto una desaceleración de la inversión privada (5.9%) y con mayor fuerza la inversión pública (9.8%) en este bienio.
La caída de la inversión, a pesar de los intentos del gobierno de reanimarlo, finalmente falló, lo que provocó la desaceleración de la producción nacional.

EL ESCENARIO EN LORETO
La economía en Loreto se encuentra sobre la base de la actividad extractiva y en el comercio especulativo; y es la inversión pública la que juega el doble papel de promotor y reactivador de las actividades económica y sociales. En el periodo 2015, la intervención de la inversión pública por los tres niveles de gobierno se contrajo en 19.8% que representa s/.147 millones menos dejados de gastar para renovar, mejorar y ampliar infraestructura física necesaria y programada.
La reducción de la inversión pública en un sistema económico dominado por la presencia de la actividad estatal y de la empleocracia pública, es un factor determinante para la dinámica económica, toda vez que la actividad extractiva, como la madera y petróleo, perdieron brillo y presencia en Loreto.
La caída de la actividad económica en Loreto en el 2015 puede alcanzar el rango de 3.0% -3.5% motivada por el retroceso de la inversión pública complicando el bajo desempeño de las actividades relacionadas directamente a ellas, como es la construcción y el comercio. Y es que el impacto de la actividad pública en Loreto puede llegar al 10% si es que potenciamos su real capacidad.
El 2015, el número total de personas que salieron de sus puestos de trabajo fue de 60 diariamente y que ahora forman fila para el trabajo informal. En la zona de frontera de Loreto, la situación fue también sofocante. La pérdida de posición del valor de la moneda nacional respecto al Real Brasileño (- 25%) y el Peso Colombiano (-18%), hizo retroceder el comercio trifronterizo, sobre todo del lado peruano, que se vio mermado en su nivel de actividad comercial al volverse más caro las mercancías de origen nacional que se ofertan en la zona trifronteriza.
En cuanto al nivel de exportaciones, al mes de octubre de 2015, estas sumaron un valor de US$21 millones que representa la mitad del valor del año 2014. Una característica que tienen las exportaciones de Loreto y que se embarcan del puerto fluvial de Iquitos, es su bajo nivel de incorporación de valor: madera aserrada (70%) y peces ornamentales (5%). Un detalle representativo y que es importante destacar, está referido a que nuestras exportaciones tiene un alto volumen y poco valor y ello porque la actividad forestal se especializó en el aserrío y en el tableado predimensionado y con una infraestructura obsoleta, a excepción de 2 empresas que se instalaron hace 3 años en los distritos de Punchana y San Juan Bautista, que están modernizando procesos y que se pueden adaptar a las nuevas exigencias de la nueva ley forestal y sus reglamentos.
En el tiempo, no se muestran logros importantes en el trabajo de diversificar nuestra oferta exportable. Aquí no avanzamos nada, a pesar de nuestro enorme potencial de nuestros recursos biológicos. Un valor al esfuerzo del comercio internacional se encuentra referido al poco eficiente de nuestro puerto fluvial (ENAPU) y al único barco de bandera nacional (YACUPUMA) que hace ruta hacia México y que se encuentra próximo a desaparecer, entre otras, por falta de carga, arenamiento de los ríos y deudas tributarias. Infraestructura escasamente eficiente, poca carga, nula diversificación y un marco tributario-aduanero como es el viejo Convenio de Cooperación Aduanera Peruano-Colombiano (COPECO) de 1938, es el panorama actual y futuro del comercio exterior desde Loreto.
(Extraído de escritos
del economista
Róger Grández Ríos)