LA ECONOMÍA DE LORETO DEBE IR POR DONDE LA NATURALEZA LE INDICA. Así creceremos sin destruir.

Por: Luís Roldán Ríos Córdova rioscordova2010@hotmail.com

 

A los loretanos nos han arrastrado de las orejas para empujar nuestra economía por los caminos por donde nuestros conquistadores peruanos han necesitado llevarlo. Ahora completamente sometidos y con los ojos vendados, andamos perdidos entre penurias económicas sin poder encontrar la salida; tenemos los pies lacerados, la ropa raída, el cuerpo desnutrido, sedientos en medio de tanta agua, hambrientos en medio de tanta comida,  pobres en medio de tanta riqueza.

 

Para sobrevivir, cazamos, pescamos, recolectamos, talamos, dentro de un modo de producción cuasi primitiva, lo que nos lleva a morir tan pobres como nacimos. Para qué, el loretano lucha, se raja día a día en su afán de sobrevivir dignamente, pero lo hace depredando sin entender que la misma naturaleza le dice lo que tiene que hacer:

 

Sembrar, criar, comer y vender  peces.

Efectivamente, la piscicultura en Loreto tiene todas las prerrogativas razonables y necesarias para desarrollarse con éxito, involucrando a la población campesina para quienes la piscicultura debe ser esencia de la educación en los Centros Rurales de Formación en Alternancia, utilizando los estudios científicos del IIAP que el Gobierno Regional auspicia en busca de un futuro mejor para la población especialmente rural.

 

La selva amazónica, por sus características, se presenta propicia para la siembra, cría y explotación de peces tanto para el consumo local como para la exportación con valor agregado. Es cierto, algunos años podemos tener sequía, otros, problemas de inundación, pero justamente la educación a nuestros jóvenes tiene que asumir la idea de que la necesidad es madre de todos los inventos y trabajar en ello dejando de lado esa educación tradicional que no sirve para nada. La idea es esa. La educación debe enseñarnos cómo salir victoriosos después de una inundación y no cómo vamos a dar lástima para merecer la misericordia.

 

A Loreto no le queda otra que orientar su economía por la ruta de la piscicultura, es decir, por donde la misma naturaleza le indica el camino a seguir.  No seguir esa ruta es continuar tercamente equivocados en la idea de ser ganaderos, agricultores, anzueleros, cazadores furtivos de aves y mamíferos, madereros, carboneros, en fin, todo aquello que es intensamente depredador y altamente contaminante, y que nunca sacará de la pobreza a nadie que no sea al patrón abusador, por muchas razones, entre las que se encuentra el suelo no apto para la agricultura por la acidez y otros inconvenientes  como el escaso nutriente que posee y que la lluvia se lleva todo y donde abonar resulta carísimo, de modo que resulta tozudo seguir sentando las bases productivas en una práctica cuyas relaciones de producción persiste en la de ser una economía recolectora; es decir, que no hemos superado en mucho la fase primitiva de producción, pues, los alimentos que consume y se vende todos los días en los mercados como leña, carbón, pijuayo, zapote, guaba, aguaje, humarí, anona, granadilla, chambira, caimito, sajino, huangana, ronsoco, venado, majás, etc., incluyendo la madera, ninguno es producto de una agricultura planificada y tecnificada, no, todos son recolectados al mismísimo estilo primitivo.

 

El Gobierno Regional debe invertir poniendo toda su atención en fomentar la piscicultura dejando lo demás para después, hasta conseguir que seamos capaces de auto abastecernos y de colocar con valor agregado en el mercado mundial la producción piscícola que permita a la población loretana ver y sentir el fruto de su trabajo a través de la exportación de su conquista

 

Se conoce que una hectárea de terreno para la siembra de peces es 30 veces más rentable que una hectárea dedicada a la ganadería o a cualquier siembra de  producto agrícola, esto, solamente teniendo en cuenta el consumo local, pues,  la población loretana consume más pescado que pollo, res o cerdo.

 

VENTAJAS QUE NOS OFRECE LA PISCICULTURA

1.- La piscicultura no depreda bosques como lo hace la actividad agrícola, no contamina suelos ni aguas como lo hacen la explotación de madera,  petróleo y otros

2.- La producción piscícola puede articularse con la actividad turística. Son absolutamente compatibles. Ningún turista irá a un pozo petrolero o a donde están derribando árboles para  hacer turismo, en cambio sí puede ir a una comunidad o a una hacienda particular que se dedica a la actividad piscícola combinada con actividades turísticas y disfrutar del bosque, de la comida a base de pescado, del paseo por las lagunas, por el bosque y tener contacto con la gente selvática, motivación que gusta al turista más aún si en el lugar hay atención especializada en ellos.

Miremos por donde la naturaleza nos dice que miremos para tomar la decisión de formular un proyecto integral, ambicioso y serio, que incluya centros de acopio con tecnología avanzada en refrigeración, organizar y motivar su exportación para que los vagones del tren o los barcos no regresen vacíos cuando retornen de Iquitos.

El cultivo tradicional, siempre será practicado para el auto consumo o para el mercado local, no lo descartamos, pero nunca nos va a sacar del atolladero en la que estamos metidos. Para crecer sin depredar apostemos porque la piscicultura se convierta en la base estructural de nuestra economía. Estamos a tiempo para no seguir buscando el progreso donde no lo vamos a encontrar, ni siquiera en los monocultivos. De modo que insistir en querer salir de la pobreza primero con la agricultura, es hacer las cosas al revés. ¡Al cuerno con eso! Apostemos por un gran proyecto pesquero para toda la Región, integrando la educación, el marco legal, las técnicas, la eficacia administrativa y el compromiso financiero en una combinada acción entre el Estado y la inversión privada, hasta lograr el gran cambio de cultura a favor de la producción piscícola que nos llevará a cambiar nuestra relación con la naturaleza, teniendo al turismo como su aliado. La industrialización de las frutas estacionales para la exportación, la industrialización de la madera, pueden venir después como complemento, como opción ocupacional, pero luego de haber alcanzado satisfacción alimentaria y holgura económica producto del dominio masivo de la piscicultura que no debe detenerse hasta llegar a la exportación con valor agregado.

 

Vivimos en una de las siete maravillas naturales del mundo que el Perú nos ha enseñado a no saberlo vivir.

No sigamos el ejemplo de nuestro padrastro, no hagamos las cosas al revés. No, primero seamos masivamente piscicultores, es el único monocultivo que no depreda y que asociado al turismo ha de hacer realidad el deseo de crecer sin destruir.