Iquitos no es París

– Acerca de algunos proyectos de obras públicas en la ciudad de Iquitos, y la cuestión de las prioridades

Por: José Álvarez Alonso

El anuncio del próximo paquete de obras a ser ejecutadas por la Municipalidad Provincial de Maynas ha provocado muchas suspicacias y cuestionamientos. Aunque ahora existe el mecanismo del llamado «presupuesto participativo», para muchos es obvio que no son muy democráticas las decisiones que se toman sobre cómo invertir los escasos dineros públicos. Sino, que les pregunten a los habitantes de todo el cinturón de miseria que rodea Iquitos, y especialmente a las más de 40,000 personas que viven en zonas inundables, qué piensan de seguir «embelleciendo» – con pésimo gusto, a decir de los más entendidos- el centro de la ciudad, mientras ellos nadan en sus propios excrementos cuando llega la anual y predecible inundación. Casi nueve millones de soles (8’796,735 S/., para ser exactos) invertirá la Municipalidad Provincial de Maynas en «el mejoramiento integral» de la Plaza 28 de Julio.

¿Qué le pasa a esta emblemática plaza, ah, para que la quieran remodelar? Varios ciudadanos a quienes he preguntado me dicen: «La plaza está bacán como está». Claro que el cemento está un poco rajadito por aquí y por allá, como lo está en miles de casas humildes, o ni está en decenas de miles de ellas, que tampoco tienen calles empistadas o que se inundan con cualquier lluvia porque no tienen desagües. «Cuando uno está sin chamba y tiene a su hijo enfermo, no gasta su plata en pintar su sala», me decía un amigo, calificando de derroche el énfasis que ha puesto la actual gestión municipal en el «ornato» del centro de la ciudad, con sus proyectos de vallitas de madera, y remodelación de calles y plazas en estado más que aceptable, descuidando otras urgencias. En Iquitos es obvio que falta dinero para obras públicas, falta muchísimo, hay tremendas urgencias y necesidades. Por eso hay que priorizar con sumo cuidado.

Que quizá sea necesario remodelar una plaza como «la 28», nadie lo duda. Pero ¿es prioritario? ¿Es lo más urgente e importante para gastar nuestro magro presupuesto público? Lo dudo mucho, y creo que conmigo dudan decenas, centenares de miles de personas. Iquitos no es París. Ya sufrimos una remodelación similar (en sobrevaluación e importunidad) en la Plaza de Armas, durante una muy cuestionada gestión municipal.

La popular Plaza 28 está bastante decente para una ciudad con tanta miseria y necesidades como Iquitos, y podría seguir así por varios años cumpliendo sus funciones; pero, entretanto, se puede emprender con los limitados dineros públicos obras urgentísimas, como la solución al problema de las decenas de miles de familias asentadas en zonas inundables, la construcción de desagües en muchos barrios con sus aguas servidas contaminando sus calles, o la habilitación de terrenos en las zonas de expansión de la ciudad para los miles de familias «agregadas» que se hacinan en ambientes insalubres, y no tienen posibilidad de una vivienda propia medianamente decente. Claro que esta pobre gente no suele tener voz ni voto en la toma de decisiones sobre el uso del presupuesto… Y eso sin hablar de otros gravísimos problemas sociales que frenan el desarrollo de la ciudad, como la inseguridad ciudadana y el desempleo.

Para el caso de los barrios en zonas inundables se han planteado varias posibles alternativas, pero se debe financiar estudios de factibilidad. Con un buen estudio se podría, como se ha sugerido, evaluar la posibilidad de construir grandes diques de tierra al estilo de los de Nueva Orleáns en USA, o de Holanda en Europa, para prevenir que el agua de las inundaciones los afecte.

Además de esta «obrita» de la Plaza 28, se ha anunciado un aluvión de inversiones en pavimentación y mejoramiento de cuadras diversas en calles secundarias, obras en absoluto -siempre a mi juicio y de otros importunos ciudadanos- prioritarias, en una ciudad que padece una cada vez más insoportable congestión vehicular en algunas de sus bastante estrechas avenidas, como la Abelardo Quiñones. Solo el «mejoramiento» del Jr. 2 de Mayo, una calle relativamente secundaria con varias paralelas ya asfaltadas, costará a los sufridos contribuyentes de Iquitos casi 10 millones de soles. Lo que los vecinos que apoyan decididamente esa obra deberían evaluar es si la molestia de meter algo de arena con sus zapatos a la casa, o circular con algunos baches, es mayor o menor que la tortura de soportar el horroroso ruido vehicular que se produce en calles empistadas con las carreritas de motos y motocarros sin silenciador. Que les pregunten, sino, a los vecinos que sufren a diario la «maldición de la pista» y están queriendo mudarse de calle.

Antes que andar empistando jironcitos y callecitas secundarias por aquí y por allá, debería priorizarse la construcción de algunas grandes avenidas que descongestionen el atestado casco urbano, y lo conecten con zonas previamente habilitadas para habitación urbana. Por ejemplo, la que conectaría la Av. Guardia Civil con la carretera a Santa Clara en la zona del Aeropuerto, pasando por Anita Cabrera. Es decir, planificar y construir un futuro Iquitos realmente moderno y habitable… Pero esto requiere visión, y las actuales autoridades tienen lo que se llama visión u olfato selectivo: sólo ven o huelen aquello que todos sospechan…

«Follow the money», dicen los gringos, cuando se trata de explicar un asunto o comportamiento extraño, o una decisión de una autoridad sin aparente razón de ser.

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