Inteligencia policial

Pocas veces la investigación policial nos entrega resultados favorables en la lucha contra la delincuencia organizada que utiliza tecnología de punta. Y nos referimos a esas contadas ocasiones en que la investigación de los agentes logra frustrar robos millonarios, como los 2 millones de soles que se quedó «mirando», el que llegó hasta la bóveda del Banco de la Nación de Iquitos, y los que desde afuera sabían de lo guardado.
Obvio que no estamos hablando de la delincuencia común que deambula por las calles en busca de distraídos para atacar y robar. Se trataría de integrantes de una organización criminal que viene operando a nivel nacional y en cada región del país captando cómplices. Otras fuentes consideran que se trataría de miembros de la banda de «Los Norteños», aunque la policía local los ha apodado «Los Sanjuaneros» por el ambiente de la fiesta tradicional vivida recientemente.
La policía los venía siguiendo y ojalá no sea el único caso donde frustran un robo. Se conoce que en Madre de Dios, este mismo grupo delincuencial se habría apoderado ilegalmente de 4 millones de soles de la bóveda del Banco de la Nación y que pertenecía al programa social «Tambo». Acá como ya conocemos, no se concretó el robo.
Este frustrado asalto representa un trabajo de investigación paciente y minucioso, que seguro la ciudadanía aprueba, pero también necesita que estos resultados se reflejen en la delincuencia de a pie, en carro, motocarro, combis y motos; que si bien no responden a organizaciones delincuenciales especializadas, tienen un nivel de agrupación que para acabarlas tienen que ser desarticuladas y para ello se necesita saber quiénes son, cómo operan y actuar. Aunque por ahí algún lector dirá «la policía sabe», y puede que quede solo como leyenda urbana.
Pero, para aproximarnos a esa acuñada sapiencia, aquí no cabe de que solo las grandes organizaciones de criminales necesitan ser asumidas por la policía de investigación. Todo el estamento policial por naturaleza tiene un rol investigador, pero que está medio inerte, tal vez desmotivado, o quizás sin las herramientas tecnológicas que la criminalidad pareciera superar.
Está bien, aplaudimos el resultado de este último atraco frustrado, pero desde aquí alentamos que la praxis de la investigación debe estar activada en todas las instancias policiales. Así más hablaremos de actos delincuenciales frustrados y no de consumados.