Inmovilizan y remolcan “La Balsa” en Belén

– Richard Vásquez impone Principio de Autoridad.
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Nunca más. Ayer por la mañana, pese a una torrencial lluvia, se dio un duro golpe contra el bar «La Balsa» que se ubicaba sobre las aguas del río Itaya, a unos metros del caserío San Andrés y que consistió en la clausura definitiva de este negocio que expendía bebidas alcohólicas a menores de edad que acababan siendo corrompidos por forajidos delincuentes al introducirlos en el sub mundo del alcoholismo y las drogas.
El operativo en  mención contó con el imprescindible apoyo de los efectivos de la Policía Nacional del Perú, de Capitanía de Puertos, de Guardacostas, del Ministerio Público y de la municipalidad distrital de Belén, cuyo alcalde, Richard Vásquez Salazar ha estado siguiendo de cerca esta acción que demuestra que en Belén se ha recuperado el principio de autoridad.
Los agentes policiales, guardacostas y miembros de la capitanía se desplazaron hasta la zona del operativo, adecuadamente armados, para hacer frente a eventuales ataques de matones que son contratados por los representantes de estas covachas para contrarrestar o neutralizar las medidas en su contra.
Como era de esperarse, el propietario del antro en cuestión opuso resistencia lanzando insultos y amenazas contra las autoridades que actuaron valiente y decididamente en esta acción que fue observada por el primer regidor de la comuna, Rogelio Benítez; el gerente de Servicios Públicos, Jorge Montero, entre otros funcionarios.
Luego de la clausura definitiva, se procedió a inmovilizar y a remolcar la rústica infraestructura de ese bar de mala muerte hasta la estación de la Base Naval donde permanecerá hasta el momento en que se de paso la destrucción total de ese lugar donde nuestra juventud terminaba siendo objeto de una vida desenfrenada.
Los bienes o pertenencias que se encuentran dentro de ese establecimiento (equipos de sonido, gaseosas, cervezas, refrigeradoras, etc.), serán devueltos a sus dueños que continuaron infringiendo las normas municipales, burlándose de las leyes, a pesar de que la municipalidad de Belén tenía la predisposición de facilitar la formalización de la cuestionada cantina.
En otras palabras, La Balsa no tenía permiso de funcionamiento, certificado de Defensa Civil, el permiso del área acuática de la Marina de Guerra del Perú, entre otros documentos que son fundamentales para que estos negocios funcionen sin exponerse a sanciones económicas o clausuras definitivas, como ha sido el caso de la balsa en cuyo interior inclusive se vendía bebidas alcohólicas no aptas para el consumo humano.
Los medios de comunicación nacionales mostraron particular interés en este suceso porque pone de manifiesto que, por primera vez en el distrito de Belén, la máxima autoridad política ha decidido enfrentarse a sujetos que son responsables que cientos de adolescentes se hayan convertido en avezados delincuentes.
Los altos mandos policiales han felicitado a Richard Vásquez por haberse puesto como una de sus principales tareas librar una dura y frontal batalla contra los que delinquen, aunque sea víctima de cobardes intimidaciones por los que son responsables de la inmoralidad y la vida libertina en la que se hallan sumergida buena parte de nuestra juventud.