Indisciplina letal

Las muertes con Covid-19 que no cesan en el país, un naufragio en la zona del Puinahua, el cuerpo de un hombre adulto aparece en las aguas del río Nanay luego de haber sido visto tomando licor todo el día y la muerte 13 jóvenes que en plena restricción por emergencia sanitaria mueren en una discoteca en Lima.
Además de otras situaciones dolorosas que se afronta en el día a día como agresiones contra mujeres, niños, niñas, adolescentes, adultos varones y de la tercera edad, nos lleva a la conclusión que como sociedad milenaria poco hemos avanzado en la prevención de desgracias que enlutan nuestras vidas y familias.
En el tema de la prevención por el Covid-19 no es nada fácil porque mucha gente no toma en serio el tema, aparte que por razones de trabajo buen porcentaje de peruanos se ven en la necesidad de salir a trabajar, pero deberían de cumplir estrictamente las medidas preventivas como el uso de mascarillas, lavado de manos y el distanciamiento social de 2 metros, básico dicen los especialistas, aunque no se cumple a cabalidad.
En el naufragio del Puinahua igual las medidas de prevención para la navegación fallan o no se cumplen estrictamente, por lo menos para tener la seguridad de quienes estaban en esa nave fluvial, porque un accidente puede ocurrir por embates fuertes de la naturaleza. También un padre de familia se ahogó por estar ebrio y seguramente no tener reflejos ni fuerza para salvarse, mientras en su casa hijos y esposa lo esperaban, pero su irresponsabilidad pudo más. De hecho, algún día nos iremos de este mundo, pero hay situaciones en donde pareciera que se buscara la eternidad.
Lo sucedido con los jóvenes que fallecieron el fin de semana en una discoteca limeña del distrito de Los Olivos, nos muestra otra forma de irresponsabilidad que alcanza a varios grupos humanos: a los organizadores de la fiesta en la discoteca, a los jóvenes mayores de edad y a la policía que en su afán de hacer cumplir a veces falla en las estrategias. Esperamos que las investigaciones nos traigan claridad de lo sucedido, así como los grados y deslindes de responsabilidad.
Para empezar, están prohibidas por ley las reuniones en esta coyuntura de la pandemia. “Que parte no entienden”, dirían otros muchos jóvenes que sí cumplen con las normativas del gobierno en la coyuntura de la emergencia sanitaria. Una vez más la indisciplina nos muestra la más letal de sus consecuencias.