Igualdad legal

Es una especie de buen signo que sobre quienes existe la presunción de haber cometido delitos graves y existan suficientes evidencias de por medio, se les aplique la detención preventiva por los meses que solicite al juzgado la fiscalía, a fin de garantizar una mejor investigación que se vería afectada ante el peligro de fuga de los implicados.
Lo que está pasando en nuestro país desde hace más de 24 horas, aproximadamente, es la asimilación de lo que empezó prácticamente con la detención preventiva de la ex pareja presidencial del país conformada por Ollanta Humala y Nadine Heredia, que fue la antesala de lo que parece veremos desfilar en los juzgados y cárceles del país por temas de corrupción.
Estamos asimilando que la ley debe ser igual para todos en la práctica, tanto para los ciudadanos con bajos recursos económicos, como para los ciudadanos de altos niveles económicos. Así como sucede en las grandes potencias mundiales con la diferencia que la inversión en la administración de justicia es prioridad en sus presupuestos.
La sensación es que es algo extraordinario que no se puede tapar con un dedo, y así en este contexto que vivimos creemos que está claro que nadie con los cinco sentidos bien puestos puede alegrarse por la desgracia de nadie.
Pero, lo que sí nos debería satisfacer es justamente que nos midan a todos con la misma vara cuando de evaluar si cometimos o no alguna falta o delito, se trate. Y la misma equidad a la hora de las sentencias, en base a la legalidad.
Ayer nuestro país amaneció con la detención preventiva de gente que se pensaba jamás les podía caer el peso de la justicia en el marco de un proceso de investigación que probablemente traerá consigo un largo listado como en cadena, desde los más grandes hasta los más chicos. Se espera que lo que prosiga de las investigaciones traiga resultados donde se conozca a los responsables de una de las crisis por corrupción inimaginable en el país.
Algunos de los elementos que dan pistas a los fiscales en el proceso de investigación son los desbalances patrimoniales y los signos exteriores de riqueza. No se necesita ser súper iluminados para darnos cuenta de estas situaciones.
El tema es también que el Estado peruano recupere lo que perdió económicamente, para ponerlo al servicio de tantas necesidades que tenemos, principalmente de proyectos de infraestructura y productivos para la generación de empleo, para salud, educación, tecnología, lo que contribuirá a la consolidación de nuestra economía.