Fulgores de amor

Los días previos al reciente domingo los centros comerciales, los locales de empresas privadas y públicas se empezaron a poner de colores, especialmente del color rojo y de corazones en todos los tipos de materiales, así como flores artificiales y naturales para mostrar a mamá lo mucho que la queremos.
Toda esta movida de amor y sentimientos nos ha hecho recordar a muchas personas empezando por nuestra señora madre y su acompañamiento en la infancia en las labores escolares, contando con su apoyo para el desarrollo de las tareas con esa paciencia y creatividad para reemplazar los materiales solicitados en el colegio y que no se podían adquirir por la escasa economía familiar.
De igual forma la imagen de muchas madres que a lo largo de los años por tenerlas más cercanos pudimos disfrutar y aprender del desprendimiento y amor hacia los hijos e hijas sin distinción de sexo y enseñando cómo en las labores de la casa todos tienen una responsabilidad de acuerdo a la edad, todas estas enseñanzas con la paciencia de una madre que derrocha fulgores de amor.
Hemos visto a lo largo de los años también a madres que sin ser biológicas han aportado con amor, protección y enseñanzas a sus hijastros (as), que no han hecho sentir diferencias en el trato, sino, que en el calor de la familia todos tienen los mismos derechos, lo que es un gran aporte de este tipo de madres a la paz familiar y social.
“Fulgores de amor” es el título de un poema de una gran comunicadora social iquiteña, periodista y madre (+) Carmen Rojas Bicerra, que se ha convertido en el ángel de sus hijas, hijo, nieto, sobrinos, amigas, familia y muchos que la conocieron que con sus errores y grandes aciertos ha demostrado en vida que una madre puede luchar con dignidad, inteligencia, trabajo, dedicación, por sus retoños hasta convertirlos en mujeres y hombres de bien.
Simboliza lo que muchas madres hicieron y hacen actualmente por sus hijos e hijas, junto al padre o no, siempre mirando con humildad y coraje, para ir abriendo el camino que han de seguir con sus propias fuerzas en base a las enseñanzas y principios cultivados desde el hogar, sea en momentos difíciles, tristes o alegres. Los principios y la disciplina se deben conservar así nos cuesten sudor y lágrimas.
Así va pasando una semana que tuvo su fecha central este segundo domingo de mayo del 2022, y es nuestro deseo que todo lo amoroso expresado se mantenga durante todo este año, y siempre. Que ese fulgor de amor ilumine en vida y cuando el alma del cuerpo, se separe, sea el mejor recuerdo vivo en la eternidad.