Familia Real Inca

Este mes de junio tiene una fecha especial que se relaciona directamente con la producción en la agricultura, con la ruralidad, con lo campesino, con lo indígena, y es lo que se denomina “El Día del Campesino” para todo el país y para varias regiones de la selva la “Fiesta Tradicional de San Juan”, ambos el mismo día del 24 de junio.
Tanto en la sierra, la del Cusco de forma apoteósica, se viene preparando como en las regiones de la selva Amazónica lo que desencadenará en la mencionada fecha central, que, para los peruanos de San Martín, Madre de Dios, Ucayali y Loreto, representa también una celebración religiosa por el patrono San Juan el Bautista, lo que simboliza al cristianismo.
Mientras, que para la zona de sierra es la adoración al Dios Sol del imperio incaico al que se agradece la cosecha, la abundancia para la alimentación, representado en un rito maravilloso como es el Inti Raymi. Como representación artística es una ceremonia que atrae una enorme cantidad de turistas nacionales y extranjeros.
Como se sabe Inti, quiere decir Sol en el idioma Quechua y Raymi, algo así como celebración, por eso se traduce como “La Fiesta del Sol”. Toda esta historia es milenaria y también vincula a la parte de selva del país porque la Región Cusco también tiene selva en su territorio.
Somos una cultura milenaria tan rica y valiosa, que no la hemos sabido aprovechar en el buen sentido de la palabra, como sucede con los países del viejo mundo, que llevan presente su historia y su descendencia por varios siglos, y nos muestran a quienes actualmente vienen desde esas raíces con mucho orgullo, y lo han capitalizado en el aspecto turístico.
Los países latinos del sur de América deberíamos de retomar la milenaria historia que tenemos para repotenciar nuestros lazos, porque la tierra del Inca abarcó varias naciones como al norte de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, sin embargo, como el centro del gobierno del incanato era la ciudad del Cusco, lo majestuoso de la fiesta se centra por acá, aunque los otros países también lo celebran.
Toda esta historia milenaria que nos enorgullece en un país donde lo multirracial puede ser también hasta una marca de oferta turística, sentimos que es el momento de reconstruir la descendencia de los emperadores del Imperio Incaico, como lo preservan y exhiben en los países europeos, en la zona asiática, y otros, donde los monarcas son una reliquia y producto turístico con enorme acogida.
Es así que nos preguntamos dónde han quedado los descendientes que no han sido valorados y ocupar un lugar muy especial en la ciudad imperial del Cusco. Se habló hace 12 años de Eugenia Chukiwanka, descendiente directa del emperador inca Huayna Capac, quien era medio hermano de los últimos emperadores Huáscar y Atahualpa. Un linaje imperial que lo hemos perdido y deberíamos ser capaces de recuperar, de reconstruirlo y mostrar orgullosos a nuestra Familia Real Inca. Los descendientes deben reclamar que se reconozca sus ancestros imperiales.