Falta mano de obra

En una reunión de empresarios de la Alianza del Pacífico en el marco del Primer Foro de Educación, se sugirió que en el caso de nuestro país se debe impulsar el mecanismo de obras por impuestos para trabajar en el fortalecimiento de los institutos tecnológicos públicos. La idea es que el sector privado participe en la preparación de los currículos estudiantiles dirigidos a los jóvenes que ingresarán al mercado laboral.
Es una propuesta que ha salido del presidente de la Confiep, Martín Pérez. Esto como una posible solución a lo revelado por la jefa de División de Mercados Laborales y Seguridad Social del BID, Carmen Pagés, quien dijo que el 45 % de empleadores de la región (de los países que conforman esta Alianza), no encuentran la mano de obra que necesitan.
Este porcentaje resulta alentador desde la posibilidad de empleo para muchos jóvenes, pero qué se puede hacer con 7 millones 600 mil jóvenes que no estudian ni trabajan. Es otra cifra lanzada por Pagés. De allí la propuesta de Pérez. Sin embargo, si estos jóvenes que están en los países que conforman la Alianza del Pacífico, se encuentran desocupados y no son calificados, es porque no han tenido la oportunidad sea por razones de pobreza u otros factores.
Entonces habría que ampliar un poco más la propuesta de lo que implica impulsar obras por impuestos para fortalecer los institutos tecnológicos públicos, porque si bien el tema de currículo es básico para orientar, se entiende, las carreras técnicas a seguir de acuerdo a las necesidades del mercado laboral; es bien cierto también que los jóvenes que están en nada no se engancharán con el estudio si no se les presenta las condiciones para ello. Tipo becas, por ejemplo.
Lo importante es que se ha planteado la existencia del problema, las posibles soluciones y sobre todo la motivación al empresariado privado para que vaya en auxilio de esos jóvenes no insertados en la población económicamente activa por carecer de un nivel técnico de preparación, mínimo. Obvio, que esto responde a una necesidad también del empleador, por contar con la mano de obra que requiere para seguir creciendo empresarialmente.
Esa necesidad compartida puede llevar a que esos millones de jóvenes se aparten de situaciones que los podrían inducir a ser parte de actos ilícitos para cubrir sus necesidades o se dediquen a oficios lícitos donde no desarrollen sus talentos, que bien podrían ser aprovechados previo paso por una preparación técnica, por esa oferta del 45 % del empresariado que necesita ubicar mano de obra, y en el otro ángulo el joven que necesita una oportunidad.