Las federaciones indígenas de las Cinco Cuencas vienen reiterando en varios escenarios de cómo el diálogo con el Estado va pareciendo eterno. Hasta la fecha tienen demandas acumuladas e incumplidas. Y reclaman que los diferentes gobiernos no tuvieron la capacidad de resolver esta problemática.
Es parte de lo que señalan en una comunicación pública donde además hacen referencia a que los acuerdo no se vienen cumpliendo. Esto lo podemos corroborar porque estuvimos en varias reuniones donde se aprobaron proyectos que se fueron quedando en el camino.
Una de las exigencias es respecto al agua potable y que esto se ha cumplido apenas en un 05%, según los cálculos basados en visitas de campo y en los reportes de las municipalidades que a través de sus alcaldes y personal técnico, parecía se iban a convertir en aliados de las federaciones.
Pero, no fue así, por lo menos totalmente no. En parte sí, sobre todo cuando de tratarse de proyectos para obras se trate, porque es necesario reconocer que fue la lucha indígena la que inclinó la balanza hacia la aprobación de los proyectos de obras que tenían en trámite en los diferentes ministerios los equipos técnicos de las comunas.
Sin embargo, hasta la fecha hay demandas acumuladas e incumplidas, los diferentes gobiernos no tuvieron la capacidad de resolver esta problemática, y actualmente los pueblos se encuentran gravemente afectados: sus territorios devastados por los derrames de petróleo, alto índice de metales pesados por encima de los límites máximos permisibles; tuvieron un sin número de reuniones y mesas de trabajo con el Estado; sin embargo, se ha visto pocos avances hasta la fecha.
Estamos hablando de zonas petroleras donde existen varios lotes, pero también existen impactos acumulados a partir del desarrollo irresponsable de la explotación petrolera. Esto generó que los pueblos indígenas se organicen y reclamen sus derechos que vienen siendo violentados de forma sistemática. Lo que ya fue hecho público en diversos medios.
Para las federaciones indígenas está claro y lo dicen también de forma reiterativa que el Estado utiliza una estrategia de dilatación, generando desconfianza e incapacidad. La conflictividad social en el país es cada vez más grave y compleja y particularmente en la Amazonía peruana, y con énfasis en la zona petrolera. Los pueblos indígenas siguen exigiendo respeto a sus derechos y están por emplazar al todavía nuevo gabinete de la PCM.