“Espero por ti”

Hago algo porque tengo una motivación. Es una frase que podría encajar en la decisión de adoptar un niño o niña, e incluso adolescente. Qué me motiva a hacerlo, es posible que usted ya tenga hijos, pero su espíritu solidario le está diciendo muy en el fondo que puede hacer un gran bien a la humanidad en este lugar donde vivimos.
Sin embargo, la motivación para adoptar debe ser mucho más profunda, debe acompañar un sentimiento de amor íntegro al prójimo, a ese ser desvalido que espera le echemos una mirada y seamos capaces de desprendernos de nuestros humanos egoísmo y elevar nuestra mirada al cielo, para decir voy a apostar por ti cambiando lo que el destino despiadado te trazó.
Estos niños y niñas se encuentran cerca. Están en los albergues de niños por donde pasamos casi todos los días, pero las caldeadas o frías paredes que hacen de muros impenetrables a la realidad que adentro se vive, hace que no los veamos y que no entendamos el drama que viven, sin una familia, sin un ser que represente a su padre o madre, y asuma su crianza.
Dentro de estos lugares de acogida que felizmente existen para brindar protección en un inicio, ellos y ellas deberían estar solo de tránsito, por un espacio de tiempo hasta que personas previamente capacitadas y evaluadas, asuman la responsabilidad de abrirles las puertas de un nuevo hogar para toda la existencia.
Existen muchos prejuicios sobre la crianza de los infantes y adolescentes que están en un albergue, porque se piensa que vienen con costumbres y conductas que pueden chocar con la realidad y formas diferentes de ser en su familia. Eso es subjetivo, como todo proceso en la vida, la adaptación se logra y la preparación previa de los nuevos padres y madres, más el amor con que reciban a estas criaturas indefensas, ayudará a integrarse mutuamente.
En este contexto, se espera que la campaña de adopciones prioritarias que tiene por lema “Espero por ti” que está siendo impulsado por el Ministerio de la Mujer, logre que niñas y niños mayores de 9 años puedan conseguir una familia.