Erradicación de la Malaria

  • Primum non nocere (Ante todo no hagas daño)
  • Dr. Cesar Ramal Asayag
  • Especialista en Medicina de Enfermedades Infecciosas y Tropicales

El avance hacia un mundo sin malaria es un proceso continuo, no un conjunto de etapas

independientes. Los países, las zonas subnacionales y las comunidades están situados en distintos puntos del camino hacia la eliminación de la malaria, y su ritmo de avance será diferente y dependerá de la cuantía de las inversiones, los determinantes biológicos (relacionados con los grupos afectados, los parásitos y los vectores), los factores ambientales, la fortaleza de los sistemas de salud y las circunstancias sociales, demográficas, políticas y económicas. (1)

Con independencia del grado de endemicidad, el riesgo de malaria varía mucho dentro

de un país o zona, de modo que la misma estrategia no es forzosamente adecuada para

todas las circunstancias dentro de un país. A medida que aumenta la cobertura de las

intervenciones y se reduce la incidencia de malaria, es probable que aumente la heterogeneidad de las tasas de incidencia y la transmisión. Un criterio fundamental para optimizar las respuestas contra la malaria dentro de un país consistirá en estructurar los programas con arreglo a la estratificación según la carga de malaria y basándose en el análisis de los datos de incidencia anteriores, los determinantes del riesgo relacionados con el huésped humano, los parásitos, los vectores y el medio ambiente, todo ello aunado al análisis del acceso a los servicios.

El desempeño de los sistemas nacionales de salud y su adaptabilidad a las nuevas oportunidades son dos determinantes clave del ritmo de avance a lo largo del camino. A medida que los programas de control reduzcan la transmisión a niveles bajos o muy bajos, su objetivo debe dejar de ser la prevención, la detección y el tratamiento de casos para pasar a ser la prevención, la detección y el tratamiento de cada infección malárica. Esa transición exige contar con unos sistemas fortalecidos y sostenidos de vigilancia epidemiológica y entomológica, requisito que solo puede cumplirse mediante una financiación y un compromiso político sustanciales y prolongados, así como por medio de profundas transformaciones estructurales e institucionales de los programas contra la malaria. (1)

La prioridad mayor de todos los países donde las tasas de transmisión son elevadas o moderadas es lograr la reducción máxima de la morbilidad y la mortalidad mediante la implantación sostenida del acceso universal a medidas de control vectorial, medios de diagnóstico y medicamentos antimaláricos de buena calidad y apropiados, junto con la aplicación de los tratamientos preventivos recomendados por la OMS que sean adecuados para las circunstancias epidemiológicas. Esas actividades deben ser respaldadas por sistemas de vigilancia epidemiológica eficaces, una sólida vigilancia entomológica y de la eficacia de los medicamentos y unos programas sólidos de comunicación de salud pública y de cambio comportamental.

En los países donde hay grandes posibilidades de transmisión, la aplicación óptima de todas las intervenciones idóneas dará por resultado descensos acentuados de las tasas de morbilidad y mortalidad, pero ello no bastará para eliminar la malaria. En estas circunstancias, se necesitarán otros instrumentos para acelerar el avance. En estos momentos se están desarrollando muchos instrumentos nuevos que podrán aplicarse en los próximos cinco a 10 años. (1)

La eliminación del paludismo se define como la interrupción de la transmisión local de un determinado parásito palúdico en una zona geográfica definida como consecuencia de actividades intencionadas. Es necesario seguir aplicando medidas para evitar el restablecimiento de la transmisión. Por erradicación se entiende la reducción permanente a cero de la incidencia mundial de la infección causada por parásitos del paludismo humano como consecuencia de actividades intencionadas. Una vez lograda la erradicación ya no se necesitan más intervenciones. A nivel mundial, la red de eliminación se está ampliando, siendo cada vez más los países que avanzan hacia el objetivo de cero paludismo. En 2019, 26 países notificaron menos de 100 casos indígenas de la enfermedad, frente a 6 que lo hicieron en 2000.

Los países donde no se ha registrado ningún caso de paludismo indígena durante al menos tres años consecutivos pueden solicitar a la OMS que certifique la eliminación de la enfermedad. En los 2  últimos decenios, el Director General de la OMS ha certificado la eliminación del paludismo en 10 países: Emiratos Arabes Unidos (2007) Marruecos (2010), Turkmenistán (2010), Armenia (2011), Sri Lanka (2016), Kirguistán (2016), Paraguay (2018), Uzbekistán (2018), Argelia (2019) y Argentina (2018). (2)

El país que solicita la certificación de la eliminación de la malaria facilita en un informe nacional pruebas de la ausencia de transmisión de la malaria transmitida por mosquitos, así como de su capacidad de detectar y atender cualquier caso de malaria. El informe es un resumen integral de la documentación nacional (en el anexo 6 se facilita un esbozo detallado), incluidos documentos sobre la existencia de un sistema adecuado de vigilancia y los antecedentes completos de las características epidemiológicas de la malaria en el país y del programa. Contiene los datos que evidencian que la transmisión de la malaria humana ha sido interrumpida en el país, indica que el país ha cumplido con los requisitos previos para la certificación y explica las maneras en que el país prevé mantener su condición de libre de malaria. (3)

Referencias

  1. Estrategia Técnica Mundial contra la Malaria 2016-2030.  Catalogación por la Biblioteca de la OMS.  ISBN 978 92 4 356499 9.  Organización Mundial de la Salud, 2015.  Impreso en Francia.
  2. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/malaria#:~:text=En%20los%202%20%C3%BAltimos%20decenios,)%20y%20Argentina%20(2018).
  3. Marco para la eliminación de la Malaria. ISBN: 978-92-75-31965-9, Organización Panamericana de la Salud 2017.