Elecciones en la UNAP

Por: Adolfo Ramírez del Aguila.
Egresado de la UNAP

 

Mañana domingo son las elecciones en la UNAP. Aparentemente este escrutinio no debería de interesar a la ciudadanía de a pie, porque las cuestiones académicas, administrativas y legales de una universidad no las entendemos mucho. Pero no, el destino de la UNAP nos tiene que interesar a todos, porque esta universidad amazónica es el fruto de las grandes luchas del pueblo loretano y además porque nuestros hijos se forman allí. Dejar la UNAP solo en mano de los eruditos, es muy irresponsable. En esta oportunidad, voy a opinar como padre de familia y como egresado de esta primera casa superior de estudios.
Haciendo un poco de memoria. En circunstancias que el Dr. Rodil Tello Espinoza iniciaba prácticamente su periodo de gobierno como rector de la UNAP por un periodo de 5 años (2014-2019), el gobierno de Ollanta Humala, oficializa la Nueva Ley Universitaria (Ley 30220, 8 julio 2014) en la cual se exige la elección de nuevas autoridades en las universidades de todo el país. Por un vacío en la reglamentación de la propia ley, los rectores que se habían elegido con la anterior ley, interpretaron que la aplicación de la Nueva Ley, no les alcanzaría por no ser de carácter retroactiva.
Los congresistas apristas del Parlamento Nacional, presentaron entonces un proyecto de Ley de «interpretación auténtica» sobre la nueva Ley Universitaria y así permitir a los rectores en ejercicio, terminar su periodo de gobierno y solo al final ponerse a derecho. Este proyecto de ley que favorecía a los rectores con nombre propio, fue bautizado como «Ley Cotillo» en clara alusión al rector de la UNMSM (San Marcos) que se declaró en franca rebeldía y no quería convocar a nuevas elecciones; en Loreto muy bien, este proyecto de ley pudo haberse llamado «Ley Rodil Tello». Esta iniciativa de los congresistas apristas no tuvo el consenso necesario y fue desechada por anticonstitucional e impopular.
Al no lograr salvar su permanencia, los 9 rectores «rebeldes» del país, entre ellos el rector de la UNAP, se atrincheraron en sus puestos denunciando una supuesta violación de la autonomía universitaria. La SUNEDU, una superintendencia que creó la nueva ley para reemplazar a la poderosa ANR (Asamblea Nacional de Rectores), da entonces un plazo, hasta el 31 de diciembre del 2015, para que todas las universidades sin excepción, se pongan a derecho, eligiendo al nuevo rector por voto universal. Ante este plazo, un grupo de docentes de la UNAP, viendo que el rector no quería convocar a elecciones, lideró un proceso electoral para salvar a la institución de la ilegalidad. Ese escrutinio se llevó a cabo el domingo 20 de diciembre del 2015, casi en vísperas de la Navidad, saliendo elegido el Dr. Carlos Zumaeta Vásquez. Se dio entonces el caso sui generis de tener dos rectores unapenses: uno en funciones según la antigua ley y otro según la nueva ley.
Ante el caos creado en la universidad, con dos rectores, el Dr. Rodil Tello se vio obligado a convocar a nuevas elecciones (24 de enero del 2016) para elegir a su sucesor. Como en la anterior elección, esta vez también se presentó un único candidato el Dr. Heiter Valderrama Freyre. Teníamos entonces tres rectores, de Ripley. Ante tal panorama de película, interviene la SUNEDU y no reconoce a ninguno de los rectores y pide a la Asamblea Transitoria de la UNAP elegir a un rector interino para que en el más breve plazo convoque a nuevas elecciones. Esas elecciones ahora sí oficiales, con el respaldo legal pertinente y el apoyo de la ONPE, se realizarán por fin mañana domingo 03 de julio.
Creemos que esta vez sea un sufragio de verdad para elegir al rector o rectora que necesita nuestra universidad loretana. Por información de los medios de comunicación y las propagandas que vemos en las calles, hay dos listas que se presentan: La de la Dra. Lastenia Ruíz Mesía (Lista N° 02) y la del Dr. Heiter Valderrama Freyre (Lista N° 03), en una lid electoral que esperamos sea una fiesta democrática por el bien de nuestra querida UNAP.
Desde esta columna de opinión, hacemos votos para que estudiantes y docentes unapenses asistan a emitir su voto que definirá el destino académico y administrativo de nuestra primera casa de estudios para los próximos 5 años. Cualquiera de los dos que ganare, tendrá que aplicar la Nueva Ley Universitaria que obliga interesantes reformas. Lamentablemente hasta el cierre de este escrito, no se ha logrado concretar ningún evento que ponga a debatir a los dos candidatos sobre sus planes específicos de gobierno universitario.
En tal sentido, permítanme llamar a la reflexión sobre el perfil personal y profesional de los dos candidatos que pudieran liderar las siguientes reformas: i) elevar el nivel de calidad del factor docente, como uno de los pilares claves de toda reforma educativa; ii) la urgente promoción de la investigación y la producción científica interrelacionada al desarrollo del entorno amazónico; iii) la promoción y mejora económica de los docentes para que su dedicación al quehacer universitario sea a tiempo completo; iv) la mayor inversión institucional en función de las necesidades de aprendizaje y de proyección a la comunidad; v) mayores niveles de exigencia académica al estudiantado para evitar los pobres niveles competitivos en los estándares internacionales (ninguna universidad del Perú, está en el top de las 100 mejores del mundo). Entre otros cambios.
Todos a votar por una universidad acreditada en función de la calidad y la excelencia. Amén.