El trabajo de equipo desde la dirección educativa del sistema educativo

Por: Lic. Patricia M. Gómez Reyna

 

En la actualidad gran parte de las organizaciones e instituciones educativas están convencidas de la urgente necesidad de trabajar en equipo, esta idea cada vez toma mayor importancia para el cumplimiento de la misión y objetivos estratégicos a las cuales se han comprometido los equipos considerados imprescindibles para generar nuevas ideas y mejores soluciones muy en especial en el ámbito de la dirección. La idea actual es que los equipos significan sinergia (acción coordinada) y, a su vez implican resultados, lo que permite suponer que si se encuentra la clave para la conformación y desarrollo de equipos de trabajo, la funcionalidad de la organización tendrá mayores posibilidades de ser efectuada gracias a una actividad llena de acción coordinada y de resultados concretos.

Cárdenas Olaya, Julio (2003). Sobre equipo de trabajos refiere que: «…Un equipo de trabajo está compuesto por un conjunto de individuos que cooperan mutuamente para lograr un solo resultado general. La división del esfuerzo se enlaza en un solo resultado coordinado, donde el total es más y diferente que la suma de sus partes individuales…»

Los equipos se caracterizan por desarrollarse en un ambiente propicio y adecuado para generar un clima de colaboración, confianza y compatibilidad entre los integrantes; además, propicia el reconocimiento de las potencialidades de cada uno de los integrantes para el establecimiento de las funciones orientadas a lograr las metas establecidas. De la Cruz, Ignacio y col. (2004) dice que»…La eficacia de un equipo de trabajo depende de las características y las competencias individuales de sus miembros, y que éstos aprendan a trabajar juntos y a coordinar sus esfuerzos…»

En los sistemas educativos latinoamericanos, cobra extraordinaria importancia la formación y consolidación de verdaderos directivos o dirigentes científicos-pedagógicos, que en la práctica, hagan corresponder los objetivos de la educación con las exigencias y demandas del desarrollo socioeconómico de nuestros países. Por eso, el que enfrente hoy el reto de dirigir un sistema educacional, en cualquier instancia: escuela, distrito, provincia, estado o nación, más que un administrador tendrá que ser necesariamente un líder Educacional, para lograr los objetivos que se esperan de su  dirección, en el macro y micro medio en que vive.

En los tiempos actuales no basta con reunir los requisitos necesarios para el cargo, ni con acumular una larga experiencia docente y de dirección, ni tampoco un extenso currículo sin conocimiento de dirección educativa educacional. Las posibilidades de éxito, en la actualidad, encuentran sus raíces fundamentales en la capacidad del directivo de afirmar los mejores valores humanos y proyectarlos al futuro, con el auxilio de lo más avanzado de las teorías respecto a la dirección científica educacional.

Esta investigación parte del supuesto que el trabajo en equipo constituye el centro lógico del mejoramiento de la eficiencia y eficacia del trabajo pedagógico, institucional y administrativo en las Instituciones Educativas de Educación Básica Regular, es importante destacar que las estrategias referidas a la formación de equipos para el desarrollo organizacional mejoran la actividad y el sentido de participación activa y responsable entre sus miembros.

El directivo educacional, debe realizar un trabajo en equipo desde la  dirección, que tienda a la excelencia, a la máxima calidad para lograr que cada trabajador aporte lo mejor de sí, en beneficio propio, de la institución, del subsistema  y de la comunidad donde se encuentra  la institución. Los nuevos cambios en el quehacer escolar, que dan una mayor autonomía a los establecimientos educativos, también implican un cambio organizacional y visión de lo que ha sido hasta ahora el trabajo escolar.

El director de la institución educativa, al mismo tiempo de realizar trabajo de equipo y de fortalecer la participación de los docentes, debe asumir el cargo, no sólo como una etapa dentro de una carrera funcionaria; sino como una posición moral, intelectual y social, desde la cual tiene la posibilidad de conducir la institución de imprimirle un estilo de dirección, en el que tenga la oportunidad de hacer de ella una dirección participativa con el concurso de todos los agentes y actores del sistema educativo.

Se ha podido verificar que en investigaciones realizadas con anterioridad sobre temas de dirección educacional, existen aportes científicos, pero no se aborda con profundidad el estudio acerca del trabajo en equipo. No obstante, ni los anteriores trabajos ni la bibliografía consultada, presentan una estructura que permita diseñar una estrategia de dirección encaminada a perfeccionar los criterios de conformación y desarrollo del trabajo en equipo en las Instituciones Educativas de nivel Inicial para formar en ellos una cultura general integral de dirección y liderazgo, que desarrolle su actitud crítica, reflexiva, anticipadora y abierta al cambio, sus modos de actuación en correspondencia con las transformaciones educacionales.

Formar un equipo para el trabajo requiere de un amplio compromiso y predisposición a la capacidad de escucha y negociación con los integrantes del mismo, Es por ello, que en el  ámbito de la dirección en las Instituciones Educativas de la educación en el nivel Inicial de la región,  la conformación y desarrollo de equipos de trabajo presenta dificultades y problemas.

Como se podrá colegir de lo anterior, el simple hecho que las personas se encuentren juntas, no basta para caracterizar el trabajo en equipo, tampoco es suficiente que posean un objetivo común. Para que exista el trabajo en equipo, es preciso que haya interacción entre los miembros y, además, que exista conciencia de la relación común, de la misión, de la existencia misma del equipo.

Desde esta perspectiva, se observa una contradicción entre la conducción del proceso de dirección del modelo participativo en la educación básica regular; y la realidad del trabajo de equipo que desarrollan las directoras para establecer las relaciones de coordinación inherentes a dicho proceso educativo, de esa manera se aprecia que  la mayoría de los directores de las instituciones educativas,  carecen  de la destreza o habilidad para el trabajo de equipo.