El proyecto de inversión privada para transferencia de la piscicultura y el perfil del promotor del desarrollo sostenible en las comunidades rurales

Existe la gran posibilidad que los actuales candidatos y futuras autoridades regionales y locales, propongan el desarrollo sostenible en base a la producción y productividad de las actividades de los habitantes de las zonas rurales de nuestro departamento. Nos parece importante si esto sucede, no solo en agropecuaria, acuicultura, sino  en cuestiones médicas y educativas.
En 1980, uno de los mejores biólogos loretanos que dio la UNAP, el señor James Beuzeville Zumaeta, formó una especie de grupo pequeño, en el que me encontraba como ayudante, después de mi trabajo en Quistococha; no sé si leyó el  libo Pedagogía del Oprimido de Freyre, pero, nos inculcó en  varias reuniones nuestra labor como promotores del desarrollo de la piscicultura rural en la filosofía del educador brasilero.  Buscamos  egresados de la UNAP, gente que quisiera trabajar de un modo permanente en las zonas rurales y de frontera y que se eligieron para el proyecto, apoyado por  el Ing. Juan Pinedo Nájar, presidente del CORDELOR, que no tenía problemas en cuanto a cuestiones partidarias.
La idea era que donde sea que iban los contratados como promotores, no podían regresar a Iquitos. Tenían que vivir con la gente del sitio. Aprender y enseñar. Construir el estanque, comer lo que ellos comían y tomaban y no había eso que el cumpleaños de mi hijo, de mi esposa, etc. Nada. El compromiso era total. Se completaba el círculo de instalación de la piscigranja desde la construcción hasta cierta fase del crecimiento. En un área elegida  se trabajó en  varias localidades con consultas previas. Se implementó de esta manera con lo que teníamos de información bibliográfica de IVITA, de IMARPE, lo esencial, con instrumentos simples para determinar niveles como el nivel de carpintero, palas, picos y literatura brasilera y de construcción civil para las presas frontales y derivación del agua.  Estos conocimientos se daban a los pobladores, se formaban grupos de trabajo voluntario y los promotores aprendían de muchos hombres y mujeres nativos  que conocían la construcción de  estanques, las costumbres de los peces y el movimiento de  los parámetros del clima. Mucho tiempo después, y en tiempos del gobierno aprista, este programa se desactivó; sin embargo, en los últimos años, se observa que  la semilla sembrada y apoyada por ambos  personajes,  pegó en toda la región, de tal manera que ahora con los nuevos conocimientos generados por instituciones como el IIAP, FONDEPES, PEDICP y empresas privadas como la loretana Amazon Bussiness & Consulting (ABC), y los mismos acuicultores son baluartes y fuentes de sabiduría de la piscicultura que se ha  incrementado considerablemente. Falta mucho por recorrer y fortalecer, especialmente lo que propone ABC, la de completar el círculo de productividad con apoyo de los gobiernos regionales y locales, para que la rentabilidad sea real y efectiva, y que se puede combinar con las industrias limpias de donde puede salir el dinero en una alianza perfecta de conservación y responsabilidad ambiental (libro de Lincoln Cornejo Sifuentes), y que este años ha sido designado de esa manera.
El perfil del promotor fue importante en esta fase de la acuicultura. Recuerdo muy bien cuando me enviaron a supervisar a uno de los promotores que tenía su zona en Nauta como centro de trabajo, no lo encontré en la ciudad, sino en  San Regis, en nueve de Octubre y otros pueblos de esa área. Fui a buscarlo y efectivamente lo encontré trabajando en el muro de contención de una piscigranja. Me refiero al Ing. Salvador Tello Martín, que vivía realmente en esos lugares hasta completar la producción encargada. Regresamos a Nauta, y como el jefe quería ahorrar no le dio motorista, y este ingeniero se encargaba de manejar un zampán con un motor de 40 HP. Recuerdo que cuando estábamos por 9 de Octubre, nos cogió una tempestad de padre y señor mío, de tal manera que tuvimos que ir a encallar en un barrizal. Yo me boté al fango y me hundí como se hunden los búfalos (los animales) no los otros y  arrastrándome llegué a la orilla, mientras que Salvador tenía que salvar su motor y su zampán.
Muchas anécdotas existen de esa época. Esta nota lo hago para  que los integrantes del grupo del Proyecto de Inversión Privada ligada al IIAP sobre el título de la nota, dirigida por el experimentado  biólogo Javier del Águila, tomen como antecedentes este perfil de promotor y que ojalá se haya elegido bien a los integrantes, no solo académicamente, sino como vivientes del lugar a donde irán a vivir. No eso  que me voy una semana de ahí regreso, que tengo gripe, etc. No, tienen que vivir ahí, para eso será la supervisión. En realidad, no me gusta la idea que el proyecto de transferencia de estos programas de desarrollo dependan de las instituciones estatales, mejor contratar a empresas privadas con perfiles de desarrollo bien hechos. Espero que los promotores del proyecto que dirige  Javier   entiendan la filosofía de ABC,  de Freire, de Beuzeville y la experiencia de muchos de nosotros, de él mismo  y de Salvador Tello en la zona de Nauta. Como nos decía James en las reuniones, aquí vienen a pedir trabajo, se le dice dónde y cómo, se les contrata y luego se hacen los cojinovas y vienen a Iquitos. Vivir ahí, no ser turista rural, y aprender enseñando y enseñar aprendiendo como lo hace ABC.  De lo contrario, cualquier proyecto de transferencia del paquete tecnológico que sea fracasará y volverá la desilusión.

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