El fatídico negocio de los artículos pirotécnicos

Durante la víspera de navidad del año 2013, un artículo pirotécnico detonó en el balcón de la casa del conocido cantautor peruano Gian Marco Zignago, lo cual generó su incomprensible indignación e hizo que creara el hashtag #NoMásCohetesEnNavidad en su cuenta de twitter, con el cual pidió respeto a las personas y el cuidado respectivo con el uso de pirotécnicos, dando lugar a una serie de comentarios en su contra que hicieron que cerrara temporalmente dicha cuenta al igual que la de su facebook, calmándose luego la situación con otro comentario mesurado de parte de su famosa señora madre, la actriz Regina Alcóver.

En el caso de Gian Marco no se produjeron hechos que lamentar y solo fue un susto para su familia y su reacción fue para que de alguna manera haga notar su incomodidad y alertar del peligro que representa el uso indiscriminado de artículos pirotécnicos, especialmente en navidad y año nuevo. Pero, en otros casos no fue así, tal como lo ocurrido a la familia de uno de mis compañeros de trabajo en la navidad del año 2011 en la ciudad de Iquitos, cuando un proyectil pirotécnico causo severas lesiones a su menor hija que estaba en el interior de su vivienda, tal como se relata a continuación.

Eran aproximadamente las 9 de la noche del día veinticuatro de diciembre de 2011, cuando la familia departía amenamente en la sala de su casa. Desde la parte exterior se escuchaba el ruido producido por las risas de algunos niños y continuas detonaciones. De pronto desde la calle vino al hogar la tragedia en forma de proyectil pirotécnico, el cual ingresó raudamente y pasó raspando prácticamente el rostro del padre e impactó y explotó más adelante en el pecho de su menor hija de tan solo cinco años de edad, causándole quemaduras y severas lesiones en la piel.

Ese fue el preludio de una navidad trágica. A la niña tuvieron que trasladarla a una clínica particular donde fue atendida de emergencia y tuvieron que hacerle un auto injerto de su misma piel, que se la extrajeron de sus nalgas para poder regenerar la parte quemada del pecho. Los padres mientras esperaban que termine el trabajo de los médicos, observaron la llegada de otro niño a la clínica, que se había destrozado prácticamente los dedos de un pie con otro artefacto pirotécnico, lo cual se suma a otros muchos casos de accidentes causados por el uso de estos artículos.

Con el tiempo la niña podría recuperarse, pero, lo que siempre le quedará grabado, tanto a ella como a sus padres, son los terribles momentos pasados y configurados con una fuerte detonación, las escenas de dolor, la sangre manando del pecho, la desesperación, etc. El hecho fue causado por la impericia de un adolescente que manipuló incorrectamente el llamado cohete de «tres tiros», haciendo que uno de los proyectiles se dirija al interior de la vivienda de los agraviados y también por la venta por parte de una comerciante inescrupulosa, de una bodega cercana, que vendía estos productos prohibidos  a menores de edad, animada solo por un ambicioso afán de lucro.

Este hecho evidencia una vez más que los artículos pirotécnicos son un peligro latente para la población en general. Actualmente la legislación cataloga a algunos artículos pirotécnicos como «permitidos», pero, también existen los otros «no permitidos», que se fabrican cada vez con una mayor carga de pólvora como los recientemente aparecidos «paparratas». En ambos casos, el uso de estos artículos puede causar diversos daños personales, desde una lesión leve hasta la muerte y también daños materiales diversos; además generan contaminación del ambiente y son también perjudiciales para los animales, especialmente para los perros que  tienen sus oídos muy sensibles.

El peligro extremo de los artículos pirotécnicos, ya sea de los «permitidos» y de los «no permitidos», está relacionado principalmente con los niños, por ser ellos quienes más los usan y por su condición, corta edad e inexperiencia, aún no tienen conciencia de lo que cogen entre sus manos y del daño que podrían causarse ellos mismos o a otras personas. Lamentablemente algunos padres de familia de manera inconsciente compran y proporcionan estos artículos pirotécnicos a sus hijos, o no hacen nada cuando los ven manipulándolos, ni mucho menos les explican el peligro latente que representa su uso.

Asimismo, la sociedad en general evidencia aun cierta indiferencia ante los continuos accidentes causados por los artículos pirotécnicos. Solo cuando tengan a un ser querido afectado por el impacto, explosión o deflagración de estos elementos, tendrán conciencia del daño que pueden causar. Y no solo resultan perjudiciales para las personas, ya que también son abundantes los casos de incendios ocasionados por estos artículos, llegando a extremos tales como lo ocurrido el 29 de diciembre del año 2001 en la ciudad de Lima, en la zona conocida como «Mesa Redonda», donde se produjo una tragedia que afecto a casi seiscientas personas, entre muertos y heridos.

En tal sentido, considero justificada la indignación del cantautor Gian Marco Zignago que refleja la preocupación de cualquier padre, ante un peligro que podría afectar a su familia y ya es tiempo de que se modifique la legislación vigente sobre el particular y se prohíba totalmente la fabricación y comercialización de los artículos pirotécnicos de todo tipo (permitidos y no permitidos), por cuanto dichas actividades solo sirven para que se lucren quienes participan en la cadena de fabricación y comercialización, perjudicando a muchos niños y adolescentes que a través del tiempo resultaron quemados, con pérdida de la visión, mutilados y muertos por causa del fatídico negocio de los artículos pirotécnicos.

El fatídico negocio de los
artículos pirotécnicos