El Etanol: ¿solución o problema de alimentos en el mundo?

Es un sentimiento casi generalizado  en el ámbito de la mayoría de especialistas en cuanto a la alimentación  en el mundo, cuando señalan enfáticamente que  dentro de las causas de la presente crisis de alimentos, se debe a los efectos del cambio climático, los subsidios agrícolas y, sobre todo, el uso masivo de productos alimentarios para producir los denominados bío-combustibles.

Basándonos  en las teorías expuestas,  coincidimos en que   efectivamente, las condiciones adversas generadas por el cambio climático, entre las que se cuentan prolongadas sequías o súbitas inundaciones, impiden un aumento en la producción de cereales y granos básicos, mientras la demanda causada por el incremento mundial de población no se detiene.

Hay que tener en cuenta, por otra parte, la creciente demanda de países como China e India por alimentos, ello  tiene una incidencia no menor en el aumento de la demanda por granos; por ejemplo en China, la demanda de carne por habitante pasó de 20 a 50 kilos anuales, tal necesidad impacta enormemente en los requerimientos de cereales, pues para incrementar la producción de carne, se necesita aumentar el consumo de estos productos por parte del ganado. A su vez, la necesidad de reducir la dependencia del petróleo ha llevado a la reasignación de importantes productos alimenticios hacia la producción de los llamados biocombustibles; actualmente se están utilizando unos 100 millones de toneladas de cereales por año para fabricar etanol o biodiesel.

Aseguremos que ciertamente, el tema de los bio combustibles es altamente controvertido, ya que en algunos casos, cuando se trata del uso de granos como el maíz y el trigo que constituyen la base de alimentación de miles de millones, resulta  todo un contrasentido ético y, si nos adentramos en una investigación, quizás no muy profunda, encontramos que para producir bio combustibles, en estos momentos se está amenazando también,    al igual que la producción de salmones, especie  que destruye una considerable biomasa pesquera natural,  casi diez veces el tamaño de la producción salmonera.

No está demás recordar que con los precios actuales del petróleo, el incentivo para reasignar los granos a la producción de estos biocombustibles crece en forma directamente proporcional al aumento del precio del petróleo. Al respecto, considérese que el barril de crudo de la OPEP llegó a los 113 dólares; el Brent del norte que es la referencia en Europa, se cotizó en Londres a 119 dólares, y el de Texas, referencia en Estados Unidos, alcanzó en Nueva York los 128 dólares.

Ciertamente, las compañías multinacionales  responsable del temible Agente Naranja y de la proliferación de la utilización de alimentos para el mundo para fabricar bio combustibles, deben ser sometidas a un proceso de moratoria que salve la necesidad mundial de contar con alimentos suficientes para su desarrollo.