El acompañante

Por Ezequiel A. Alvarado Guevara (Abogado)

A veces por  razones de desconocimiento de las normas que rige el servicio que presta  EsSALUD  a los asegurados, o el poco interés por conocer los beneficios que ofrece la ley, es que el empleado o los empleados que se encuentran encargados de gestionar el pasaje de ida y vuelta del pacientes a la ciudad de Lima, por vía aérea cometen una serie de abusos dolosos, como el de comprar el pasaje solamente para el paciente, omitiendo el del ACOMAÑANTE, que el empleado de EsSALUD, está en la obligación de comunicar al enfermo, que son dos las personas que deben viajar.

¿Qué es lo que ocurre?,  cuando el empleado recibe la orden de gestionar los pasajes para el paciente, éste probablemente, antes de comprar los pasajes ante la compañía aérea, vende a una segunda persona interesada en viajar a la ciudad de Lima, apropiándose dolosamente del importe destinado al acompañante y anota el nombre en el documento de viaje del paciente.

Resulta que un pariente mío que viajó a Lima, por una dolencia que debía tratarse en el hospital Rebagliati de Lima, antes de ser intervenido el médico que lo atendió, le preguntó, ¿dónde está su acompañante?, a lo que éste le respondió, «no tengo acompañante». El  médico quizás  por ética, no insistió. Mi pariente se quedó un tanto sorprendido. De regreso a Iquitos, a uno de los empleados de EsSALUD, le pidió  una copia de la orden de viaje. Al leer el documento se dio con sorpresa que el acompañante era una  dama.- Mi primo Julio deseoso de desentrañar el misterio, se fue a RENIEC, en donde le informaron sobre el domicilio de la acompañante, (que nunca le acompañó a Lima).

Julio cuando llegó a la casa de esta dama, ésta la recibió, proporcionándole su nombre, el cual coincidía con el del documento. ¿Usted viajó a Lima?, le preguntó Julio, «sí, yo viajé a Lima». «Usted es la persona que debió acompañarme  a Lima conforme las normas de EsSALUD», «Ha, eso yo no sé», le contestó la dama, luego mi primo se retiró. Qué ocurre, que el empleado encargado de la compra de los pasajes, negocia , por decir lo menos, con el pasaje del  ACOMPAÑANTE.

Un evidente delito contra la fe pública que supuestamente  se viene cometiendo en las oficinas de esta institución médica, lo cual está contemplado en el código penal. Mi pariente debió recurrir a la fiscalía de turno, porque esto ya no ocurre por primera vez, se ha convertido en una mala costumbre.  Estos modales dolosos suceden en muchas oficinas públicas, sobre todo, donde está de por medio el dinero.

Ni qué decir en las oficinas del Ministerio de Educación, sobre todo, en donde se formulan las resoluciones de los nombramientos de los profesores. Existen una serie de modalidades dolosas para sacarle dinero al  desesperado postulante. Una de ellas es de hacerle creer al interesado que va a aprobarle el  examen. Una mañana un sobrino mío, va a mi casa y me dice: «tío, préstame mil soles, lo necesito con urgencia para pagarle al empleado, a fin de que me ponga en la lista de los que aprobaron la prueba».  Al desesperado sobrino le di el dinero, luego salió contento de mi casa.

Después de unos días le encuentro, y le pregunto por su  nombramiento, «me engañaron», me dijo, ¿y el dinero?, «el empleado me devolvió 500 soles y me rogó que no le denunciara y que poco a poco me iba a devolver; nunca me devolvió».

Hay poquísima honradez en nuestro medio. La ética está por los suelos. La corrupción se filtra por todas partes. Lo mismo sucede con algunos abogados. Al desesperado pariente del que ha sido internado en el penal, le dice que inmediatamente le va a sacar de la cárcel (dicho sea de paso, no es el abogado el que saca de la cárcel, sino el juez). ¿Cómo es posible obtener la libertad de un inculpado que ha cometido un delito grave, cuya pena es de 25 años de internamiento?. No engañemos al patrocinado. Seamos honestos. Hasta pronto.