Dos aniversarios, muchos compromisos

Por: Aldo Nervo Atarama Lonzoy
Presidente de la Corte Superior de Justicia de LoretoATARAMA-Custom

Este mes de octubre la Corte Superior de Justicia  de Loreto celebra dos hechos muy importantes en su vida institucional, el primero estar dedicada desde hace ciento nueve años a la Administración de Justicia en el seno del pueblo loretano, habiendo nacido en épocas convulsionadas, pues en plena  explotación del caucho, y cuando se daba cuenta de genocidios contra las naciones indígenas por parte de los explotadores y saqueadores de la riqueza amazónica, pero sobre todo del exterminio de los hermanos originarios de estos pueblos, y teniendo en su seno a jueces probos que lograron investigar las matanzas en los campos de concentración denominados centros caucheros.

El simple hecho de que un juez probo visitara esos lugares, logró por lo menos parar dicha matanza, lástima que las estructuras jurídicas de entonces dejara pendiente una deuda de juzgar a los asesinos, de sancionar a los genocidas, deuda social que aún no se paga y que está pendiente, pero hoy los pueblos amazónicos despertaron ya y se organizan para defender sus derechos ancestrales, para exigir que los gobiernos y autoridades cumplan con sus obligaciones de hacer respetar los derechos ancestrales. Es en estas condiciones que el Poder Judicial como Poder del Estado viene volteando la mirada hacia los pueblos originarios y desde hace cinco años viene investigando sobre la administración de Justicia comunal, y partiendo de la existencia real de muchos pueblos amazónicos, hace respetar su Administración de Justicia Ancestral, por ello se ha realizado en Puno, el VI Congreso Internacional de Justicia Intercultural donde se han reiterado estos ´principios de respetar la justicia comunal de los pueblos indígenas, campesinos y rondas campesinas. Pero no sólo hay que reconocerla en el papel, sino hay que hacerla valer en la práctica y eso dependerá muchas veces de los jueces del mundo occidental.

Un segundo aniversario es el tercer año de la implementación del Nuevo Código Procesal Penal, instrumento procedimental que nos permite renovar el proceso penal a partir de las garantías a las partes, esto es garantizar los derechos fundamentales de todos los que acuden a la administración de justicia para darles la solución de un conflicto, este instrumento viene generando una serie de mejoras en lo que a justicia penal se refiere, hoy los juicios no se demoran como antaño, con el viejo código de procedimientos penales; es más transparente, todo se realiza a la luz del Juicio Oral con la transparencia que ello requiere, con la contradicción de los litigantes. pero sobre todo con la certeza que el juez ha emitido un fallo justo con proporcionalidad, con equidad que la sociedad requiere.

No obstante estos dos aniversarios importantes en este Distrito Judicial, sabemos que aún no empatamos con la sociedad loretana, aún no ganamos la confianza que  quisiéramos tener, la de ser aceptados plenamente en nuestros fallos, tal vez por una mala lectura de nuestras resoluciones, tal vez por una mala forma de comunicarnos con ellos, no obstante consideramos que estamos contribuyendo a mejorar la administración de justicia en esta parte de nuestro país, tal vez no por ahora comprendidos, si para más adelantes, entendidos.

Finalmente, queremos decir que no somos un Poder Judicial al mejor postor o al servicio del Poder de turno, somos un conjunto de jueces y servidores públicos al servicio de la administración de justicia, somos los que garantizamos  los derechos fundamentales de todas las personas, somos los que resolvemos conflictos de trascendencia social y lo hacemos con imparcialidad , con autonomía, y con razonabilidad y proporcionalidad, sin inclinar la balanza a ningún lado, porque ello sería lo peor que le pudiera pasar a una sociedad.