Desencuentros

Hasta la fecha parece que siguen hablando idiomas diferentes entre los dos poderes de gobierno políticos más importantes de nuestra jurisdicción: Gobierno Regional de Loreto y el Consejo Regional de Loreto (CRL).
Hace unas semanas que fuimos testigos del primer desencuentro cuando el mismo gobernador regional Elisbán Ochoa estuvo en la sesión de consejo realizada en la maloca de la municipalidad distrital de Belén y donde se evidenció roces verbales con la consejera delegada, Janet Reátegui.
En aquel momento fue más que todo el tema de Educación y otros casos relacionados al sector Salud. Este último sigue estando fuerte en la agenda del CRL sobre todo por la situación en el departamento de Oncología y ahora con problemas con los equipos de hemodiálisis.
Qué estaría pasando internamente para que a pesar de las reuniones periódicas entre el gobernador y los consejeros en aras de articular mejor sus funciones del primero como Ejecutivo y del segundo en calidad de Legislativo.
Lo que queda de esta aparente desarticulación es que el consejo regional viene exigiendo solución a las demandas de sectores de la población que finalmente son afectados por los determinados desaciertos en las direcciones regionales más sensible como Educación y Salud.
En la última sesión de consejo del viernes, la consejera delegada una vez más enmarcándose en sus funciones ha expresado que el gobernador debe asumir decisiones inmediatas.
Por ejemplo, tras el terremoto ninguna autoridad regional llegó oportunamente en visita de trabajo por el desastre natural a las comunidades de la zona del epicentro, entre ellas Lagunas y la zona de Barranca; es más, a esta última recién el viernes pasado la incluyeron en la emergencia por fuerte temblor.
Hay una especie de reacción lenta frente a los problemas que se presentan y cuando se actúa no están acertando, sino los problemas se van agudizando, como el caso del Hospital Regional de Loreto, donde ya se han suscitado serios y preocupantes reclamos, y sigue la tensión.
Y como ciudadanos tenemos que seguir siendo espectadores de cómo políticos que estaban unidos en campaña se van separando durante el período de gobierno y el mensaje de campaña que parecía coherente se va disolviendo. Están a tiempo de recapacitar y retomar el rumbo de su ideal.