CUESTIONES BÁSICAS PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA.

POR: JUAN SOREGUI VARGAS.

EN nuestra región, cada vez que existe una creciente grande o una vaciante extrema, las autoridades y funcionarios de diferentes entidades cometen el mismo error: gastar millones de soles en proporcionar alimento y otros elementos para asistir a los «damnificados» de diferentes zonas. Se ha vuelto ya, un círculo vicioso. Y, la lectura de esta accionar es clara: no es la solución para generar seguridad alimentaria. Lo más grave del asunto es que cada período es mayor el gasto de los gobiernos locales y regionales en una medida transitoria, dejando de lado la elaboración y ejecución de proyectos productivos sostenibles en el tiempo y de manera científica y técnica. Este modo erróneo de trabajar está haciendo más ricos a algunos vivos y más pobres a los supuestos afectados.

Aunque hace tiempo que se debate y se ha propuesto lo que dice el proverbio: «no regales un pescado, enseña a pescar», no se ha encontrado una verdadera decisión política para revertir la situación proteccionistas y a veces con tratos indignos a los más pobres, al regalar alimentos.

Existe en nuestro medio, docenas de tecnologías generadas en organismos como el IIAP, entre otros,  para que en vez de regalar alimentos con cualquier pretexto se lleve a cabo un programa de producción  en diferentes áreas, ya sean estas familiares, comunales o de pequeñas empresas. Solo es cuestión que los que manejan los fondos públicos se decidan a emplearlos, que inviertan en abonos, en buena capacitación del hombre de campo, en insumos de pesca y piscícolas, en infraestructura de conservación y transformación, en chacras integrales. De tal manera que cuando lleguen estos fenómenos naturales, que siempre han existido, los pobladores tengan despensas suficientes no solo para alimentarse, sino para vender y comprar ropas y medicinas.

Nuestros abuelos lo hacían ¿por qué  nosotros no? Es cuestión de eliminar o por lo menos disminuir el accionar de los vivos que se encuentran en  los gobiernos y en las comunidades. Existen propuestas interesantes de enseñar a pescar en vez de regalar, como la de la empresa loretana Amazon Business & Consulting (ABC) y, por supuesto de otros organismos o instituciones como la reciente formada como el Ágora de Loreto, al mismo estilo freyriano.

Uno de los ejemplos emblemáticos  es la de los agustinos en la zona oeste de Iquitos. Con ciertas tecnologías agropecuarias y piscícolas, especialmente  en  acuicultura, los promotores de este complejo han implementado con éxito programas de educación y manejo para producir alimentos  para seguridad alimentaria y formación de pequeñas empresas. La tecnología utilizada por los agustinos se ha generado en el programa AQUAREC del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP). Con la experiencia de sus trabajadores, que   han sabido adaptar estas experiencias y otras   a sus ecosistemas  van obteniendo  el éxito  programado,  considerándose a este complejo un ejemplo de buen  manejo de producción integral de productos agrarios y pesqueros, además de ser un lugar de sano esparcimiento,  aprendizaje e investigación en plena actividad productiva. Nuestras universidades, algunos otros organismos  y especialmente  el IIAP, están tratando de fomentar la ejecución de  esta propuesta, que es milenaria, y que  la empresa ABC lo ha llevado a algunas comunidades.

Es necesario que los políticos que llegan a ser autoridades entiendan que no vamos a tener seguridad alimentaria sostenible regalando alimentos, sino practicando lo que nuestros abuelos hacían al producir y almacenar adecuadamente sus productos para las emergencias que siempre van a existir.  La semilla de este concepto de tratar la seguridad alimentaria ya se ha sembrado, solo se espera que se invierta bien nuestro dinero.