Creciente inocente

Suele suceder en todas las épocas de invierno en la selva de Loreto cuando llueve intensamente y las aguas de los ríos afluentes del río Amazonas empiezan a subir su caudal, y como decimos nosotros “empiezan a crecer”, es entonces cuando todo lo que está muy cercano a la ribera se pone en riesgo.
Ello no porque el río y sus niveles de aumento de caudal así lo desearan, ni menos así lo deseara la fuerte corriente que golpea la orilla y arrastra lo que se encuentra casi al borde de la ribera. La creciente es inocente, el error viene de nosotros.
Decimos todo esto porque hace muchos años observamos que tanto los pobladores como las autoridades no aprenden lo que la sabia naturaleza nos dice respecto a las construcciones de fierro y cemento. Y qué nos dice? simple y llanamente que no se deben construir edificaciones a pocos metros de la ribera, menos en una comunidad o pueblo inundable, o donde a todas luces el barranco amenaza siempre.
Pero, qué sigue pasando con las decisiones de buen número de autoridades, sobre todo las municipales? pues construyen colegios principalmente en áreas no recomendadas y a los pocos años por efectos del desbarrancamiento debido a la fuerza de la corriente que trae el cambio de cauce del río, estas edificaciones van a parar al agua, perjudicando a los escolares que se quedan sin local y al presupuesto público que deriva en una desacertada inversión.
Los pobladores saben, las autoridades saben, los ingenieros civiles saben, los maestros de obra saben, quienes aprueban los presupuestos saben, hasta los niños y adolescentes saben, y seguro por esas cabecitas inexpertas pero frescas, pasa una sensación de impotencia. Y bueno, qué motivaciones tendrán esas ubicaciones desacertadas y que se repite en varios lugares de Loreto? De hecho genera suspicacias.
Se espera que las actuales autoridades sean eficientes a la hora de ubicar las áreas donde se realizarán las construcciones proyectadas, y no ocurra el perjuicio a los niños y niñas como en la comunidad de Santa Ana, pueblo ubicado en la Isla Muyuy, en la jurisdicción del distrito de Fernando Lores, donde se dio cuenta que los habitantes no pudieron hacer nada cuando el barranco debilitó las estructuras y éstas se hicieron pedazos cayendo a las aguas del río Amazonas.
De acuerdo a lo que escuchamos de conocedores del tema e inclusive de personal de Defensa Civil, es que esas construcciones de fierro y cemento deben estar distante de las orillas, segundo, de preferencia en zonas altas, y tercero, puede ser la alternativa de construcciones pre-fabricadas, para que sean trasladadas cuando existan estos riesgos y no se pierda la inversión ni los escolares su local de estudios. Y se deje de estar echándole la culpa al río. Al final perdemos todos. Y la Contraloría? Esperamos mucho de esta instancia de control.