Corte intencional

Hay hechos que nos impactan tanto que nos lleva a pensar en el concepto de lo que significa ser un “humano” o “humana”. Encontramos que el “ser humano” es una expresión que hace referencia al homo sapiens, cuya principal característica es la capacidad de razonamiento y aprendizaje.
Pero, ante hechos denigrantes que lindan en la delincuencia criminal, muchas veces nos preguntamos ¿razonamos?. Por supuesto que sí. Pero, de pronto al significado tendríamos que agregar que se trata de un ser susceptible a sufrir trastornos que alteran su razonamiento y es capaz de cometer las peores atrocidades.
Eso se puede demostrar con las múltiples acciones negativas de hombres y mujeres, a las que desde hace unos años se ha sumado una nueva forma de grave delito. Se trata de atentar con un corte intencional en algún tramo del Oleoducto, para así ocasionar derrame de petróleo que mata los recursos naturales sea del bosque o de los espejos de agua del entorno.
Resulta indignante enterarnos que esta semana ha ocurrido un nuevo corte ocasionado por manos delincuenciales y no porque el tubo en este tramo este tan deteriorado, con rajaduras, que no ha soportado la presión del crudo y ha encontrado una forma de filtrar y derramarse.
Eso no ha sucedido, informan y muestran pruebas desde la zona, y no es la primera vez que Petroperú realiza ese tipo de denuncias. Esa gente que ocasiona estos desastres naturales hace un enorme daño a los habitantes de los caseríos, comunidades y pueblos indígenas que se ubican en la zona de influencia porque va contaminar los recursos hidrobiológicos y todos sabemos que el pescado es la base de la alimentación ribereña, hasta de nosotros los que vivimos en Iquitos.
Solo mentes trastornadas por el poco sentido común y nulo respeto a la naturaleza puede ocasionar semejante daño intencionalmente, no se trata de un accidente, aunque también en una época la falta de mantenimiento del Oleoducto ocasionó derrames de petróleo, lo que representó una grave negligencia de quienes lo administraban en su momento, e indirectamente también un acto criminal por el terrible daño que ocasionó.
Entonces, como no ocurren los derrames por falta de mantenimiento, están provocando. Pero, a quién o quienes les interesa que esto pase. Por un lado puede haber complicidad entre ciertos comuneros por el tema de la indemnización monetaria, también por la generación de empleo de mano de obra para la limpieza de lo contaminado.
Aunque surge también que serían actos en complicidad con ciertos contratistas que son convocados para los trabajos de limpieza, e incluso se sospecharía que gente desde dentro de la empresa tendría participación en la direccionalidad para la empresa que realice el trabajo de limpiar lo dañado. O sea una presunta red de corrupción. “Son rumores”, como dice la canción, pero, lamentable que hasta la fecha las investigaciones que identifiquen a quienes cometen el delito de provocar derrames y los posibles autores intelectuales, no son descubiertos.