Contaminación sonora

Tenemos bastante con nuestras tensiones personales y familiares. A esto tenemos que agregar que el estar en nuestras viviendas no precisamente represente gozar de tranquilidad, peor aún si no podemos controlar que el excesivo ruido provocado por vehículos menores, principalmente, irrumpe y destruye la paz que queremos alcanzar dentro del hogar.

Recordamos que hace cerca de una década que las autoridades reunidas por el denominado comité contra el ruido, emprendió campañas de sensibilización en la población de Iquitos, sin embargo se tiene que reforzar con campañas educativas intensas tanto en los niveles básicos, superior y a través de las organizaciones de base.

Esto paralelo a lo que actualmente viene haciendo la municipalidad de Maynas, y que consisten en controlar que los vehículos, no superen los límites sonoros permitidos. Lo mismo debe aplicarse en los parlantes de los comercios de la zona monumental, en las parrilladas donde no se comprende por qué tanto volumen (eso no mejora el aderezo), en las fiestas sean en locales privados o en viviendas.

El principal tema es que afecta nuestra salud, que repercute en dañar nuestro sistema auditivo, además que altera los nervios. Estos elementos son parte de la contaminación que tiene nuestra sociedad y cuyas consecuencias se constata en tanta violencia física y verbal que se registra en la policía, Demunas y Centro Emergencia Mujer. No es todo. Es parte del problema que muchas veces no queremos ver.

De acuerdo al último reporte del operativo contra el excesivo ruido, de 100 vehículos examinados, 29 fueron llevados al depósito por exceder los límites permitidos. No son los únicos, también están carros, colectivos y camiones que además de arrojar espesa humareda, sale con ruido estruendoso.

Y específicamente en el caso del transporte público de pasajeros, alguien, si no la misma autoridad, tiene que decir a los choferes que bajen el volumen de la música que escuchan y los pasajeros ya se han acostumbrado, sin reparar en el daño que eso significa para su salud. Y si le reclamas al conductor, recibes variadas respuestas, desde que es para que no se quede dormido, que le gusta a la gente, que es alegre y no aburrido. Frente a esta realidad hay mucho trabajo de sensibilización que tienen las autoridades respectivas y que en este caso deben involucrar a los propietarios de las unidades.

Es importante señalar que la aplicación de la normativa debería extenderse al transporte fluvial, donde el ruido del motor de las embarcaciones es también ensordecedor. Los usuarios pasajeros de las pistas y de los ríos, tienen igual derecho a un buen servicio.