Con éxito celebraron Bodas de Oro de la Parroquia San Martín de Porres

  • Parroquia que tiene por misión anunciar el amor de Dios a todos los vecinos y toda la comunidad creyente

 

Sin duda que la misa de ayer en la parroquia San Martín de Porres, tuvo un ingrediente espiritual sumamente especial pues contó con un pedacito del hueso del brazo de San Martín de Porres. El mismo que se pudo ver a través del vidrio de una pequeña urna en forma de cruz.
Los responsables de la parroquia hicieron gestiones para que tan preciado recuerdo de uno de los santos más humildes y queridos del Perú, esté en Iquitos por pocos días, esto en el marco de celebración de las Bodas de Oro de la parroquia que lleva su nombre.
Parroquia que tiene por misión anunciar el amor de Dios a todos los vecinos y otros que acuden hasta ahí, a través de una pastoral inclusiva, realizando acciones de evangelización y apoyo social por el bien de la persona y la mayor gloria de Dios.
Y como visión ser constructores del reino de Dios en la sociedad de hoy realizando una nueva evangelización a la luz de la palabra de Dios, a partir de las familias y pequeñas comunidades con una clara opción preferencial para los pobres y jóvenes.
“No hay duda que esta parroquia, con una población de más de 17 mil personas en su jurisdicción distribuidas en varias zonas pastorales, es una comunidad de auténticas piedras vivas al servicio del Evangelio en nuestra iglesia local. Agradezco a su párroco y a toda la feligresía su entrega y ejemplo. Que el señor les bendiga y les acompañe siempre” expresó el Mons. Miguel Olaortua Laspra, vicario apostólico de Iquitos.

PADRE RAYMOND PORTELLI
“Las bendiciones de Dios son Grandes” señala el muy conocido y querido párroco. “Debemos estar siempre agradecidos. Cómo no decirle gracias a Dios por darme la oportunidad de ser párroco de esta maravillosa parroquia que está ahora celebrando 50 años de vida parroquial. Durante todos estos años que vengo apoyando como sacerdote en esta comunidad, he conocido tantas personas de fe real y comprometida.
Es en esta parroquia que aprendí realmente a ser un sacerdote como quiere Dios y como la Iglesia necesita. Es también aquí en la comunidad de San Martín de Porres que conocí mis limitaciones y errores. Es la comunidad parroquial lo que da fuerzas al sacerdote para seguir luchando por una vida más santa, junto con ellos y para ellos.
Esperamos seguir sembrando la fe en todos los vecinos de esta comunidad, en especial en los jóvenes que tanto necesitamos de su presencia para ser realmente Iglesia de Cristo. Cristo es el único que nos puede sanar y llenar el alma con la paz y felicidad que tanto necesitamos.
Ánimo a todos, qué partiendo de estas celebraciones de las Bodas de Oro, nos lancemos por adelante, entregándonos más y más en el trabajo pastoral, invitando a nuevos integrantes juveniles como agentes de pastoral, abriendo nuevas experiencias de espiritualidad y apoyo a los más necesitados, colaborando en comunión con la iglesia de Iquitos y la Iglesia Universal para la construcción del Reino de Dios. No nos cansemos de hacer el bien. ¡Feliz Bodas de Oro querida familia!” ha expresado el padre Raymond Portelli.

UN POCO DE HISTORIA
Hace 50 años en el Pueblo Joven “San Martín de Porres”, surgió una gran inquietud y anhelo de sus moradores, contar con una escuela y un templo. En 1968 se presenta un memorial al entonces monseñor Gabino Peral de la Torre (ya fallecido) pidiendo un terreno para esos anhelos del pueblo.
Es a través del padre Benjamín Martínez, que se consigue un terreno entre la calle 9 de Diciembre y Dos de Mayo con Soledad. Así ante la algarabía del pueblo, un 12 de octubre de 1968, se crea la Parroquia San Martín de Porres con decreto y poniendo la primera piedra contando con la presencia del Obispo”.
“El día de su primera misa en el templo, despertó una gran expectativa, sentíamos un gozo enorme, emocionados al comprobar que el señor había escuchado nuestras súplicas ya que el padre “Ray” como cariñosamente le decimos; era el sacerdote que necesitábamos. Cuántas lágrimas de emoción brillaron en nuestros ojos, dando gracias a Dios por ese gran regalo.
Él nos acompaña hasta hoy; ojalá podamos celebrar con él no solo las “Bodas de Oro”, sino las de “Diamante” y por qué no, el Centenario de nuestra querida parroquia San Martín de Porres” señala Ofelia Raygada Vásquez, una de las fundadoras de la parroquia.
Y no hay que olvidar que gracias a ese espíritu solidario del padre Raymond, es que no solo la parroquia mencionada sigue siendo una de las más visitadas por las misas convincentes y espirituales que él desarrolla; sino porque es el impulsor principal de centros sociales como: “Casa Hogar Algo Bello para Dios”, “Talita Kumi”, “Casa Betania” y “Casa Santa Rosa de Lima”. Todos de apoyo a los seres más vulnerables de esta ciudad.

SAN MARTIN DE PORRES.
Nació un 9 de diciembre de 1579 y murió un 3 de noviembre de 1639. Padre español (blanco) y su mamá de Panamá (morena). Él salió a ella. “San Martín quiso ser fraile, siempre tuvo espíritu de solidaridad. Quiso entrar a la orden de Santo Domingo, pero no quisieron recibirlo por el color de piel. Por insistencia lo aceptaron como siervo. Para que limpie los baños, barra, haga las cosas duras. Por 10 años ese era su trabajo. Un ayudante del convento en Lima.
Vieron en él un joven lleno de oración, servicio, humildad, por lo que lo aceptaron como hermano religioso. Seguía sirviendo, salía a las calles para ayudar a la gente pobre, era muy carismático, la gente le pedía concejos.
No salió de Lima, murió allí a los 60 años.
Un santo para ser venerado y para ser imitado, hay tantas formas de imitar a San Martín de Porres. Hemos querido traer algo de sus restos, él está enterrado en Lima, pero con permiso se sacó un pedazo chiquitito de su brazo con el que barría y ayudaba a la gente. Acá está en esta reliquia de vidrio. Es algo especial por las Bodas de Oro de la parroquia “San Martín de Porres”, el lunes regresa a Lima.
Hay mucho en que reflexionar respecto a lo que puedo hacer para ser como San Martín, pedir algo especial a través de su intersección. Sus milagros (se curó un señor que tenía un tumor y un niño al que le iban amputar la pierna, se salvó) se vieron por ello el papa San Juan XXIII lo declaró santo” narraba el padre Raymond a todas las personas que llegaron este fin de semana hasta la parroquia para ver parte de los restos de San Martín de Porres.