Cerrar brechas

Esta frase “cerrar brechas” empezó a sonar con mucha fuerza durante la lucha indígena por mejores condiciones de vida, cuando la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) empezó a plantear un plan de cierre de brechas que, finalmente, no se concretó.
Con la visita de dos días el lunes y martes de la presente semana del Ministro de Relaciones Exteriores Mario Juvenal López Chávarri, tomó esta frase para explicar que los problemas de Loreto deben ir solucionándose con el cierre de brechas.
El Canciller durante su visita se reunió con autoridades y representantes de importantes instituciones de la región para profundizar en sus conocimientos sobre los problemas más graves que afectan a Loreto y cuáles serían las prioridades.
La presencia del Ministro de Relaciones Exteriores responde a que ha sido designado como una autoridad enlace entre la región y la PCM, en la búsqueda de entendimiento y la solución de las necesidades que afectan a esta parte del país.
Tenemos la impresión que estamos dando la vuelta sobre un mismo sitio y que no existe voluntad política para solucionar los problemas base como energía eléctrica barata o no carísima, la conectividad terrestre multimodal hacia la sierra y costa del país, internet rápido y barato, entre otras necesidades básicas que impulsen el desarrollo.
Se habla de cierre de brechas, pero no podemos dar pasos para ello si tenemos en el gobierno una serie de trabas a través de sus ministerios, que entrampan soluciones a los problemas más álgidos de las regiones del país.
Además de la falta de voluntad política, esta, la falta de voluntad para modificar normativas que significan entrampamientos para la aprobación de proyectos o de iniciativas que impulsen la reactivación económica en los departamentos, más aún en esta coyuntura de recesión económica por la pandemia.
Cuando desde el gobierno empiecen a destrabar todo lo que impide el desarrollo de las regiones en general, recién estaremos seguros que se ha tomado en serio la solución de los graves problemas sociales y económicos, si eso no ocurre, las autoridades nacionales seguirán dando vueltas en el mismo sitio, involucrándonos en un círculo vicioso que esperamos se corrija.