BECA 18

Por un lado, el tema de la inclusión social va por muy buen camino. Pero eso no quiere decir que en el andar por la vía no encontremos zanjas o trechos intransitables.

 

Los jóvenes amazónicos que se esfuerzan por salir del estancamiento que viven sus pueblos, con un bajo nivel cultural, pero que dedican su existencia a estudiar, pensando en que algún día serán mejor que sus padres, que porque no pudieron o no quisieron son lo que son, ven que sus desvelos serán improductivos.

 

El ministerio de educación ha anunciado que Beca 18 apoyará a los jóvenes de la capital de la República, mientras que el sector rural quedará relegado.

 

Por eso es que aquí ya no vemos muy claro eso de la inclusión social. No se puede destruir la ilusión de llegar a ser alguien en el mundo competitivo de la actualidad. Y nuestros jóvenes de la Amazonía, que muchas veces han demostrado su valía en el saber, van a tener que posponer sus deseos de estudiar en la universidad gracias al apoyo de una beca que le permita vivir en la ciudad, pagar su matrícula, alimentarse, cubrir sus gastos de transporte, tener un seguro médico, etc., y eso para ellos va a ser una frustración.

 

El gobierno no puede seguir en lo mismo. Cuando se proyecte hacer algo en provecho de la colectividad, debería tomar en cuenta a todos sin exclusiones de nadie por tiempo. Todos tienen derecho a recibir al mismo tiempo una ayuda. Eso de que primero serán los jóvenes de Lima y después, mucho después los provincianos y más lejos aún los del medio rural, no le cae en gracia a nadie. Ojalá rectifiquen la medida.