Avencio Villarejo reposa en su selva y su río

Obedeciendo a un mandato de conciencia y de honor, en la ciudad de Lima y propiciado por un destacado grupo de la sociedad civil loretana afincada en la capital y asociada socialmente por el Club Loreto Casa de la Amazonía, se organizó y puso en marcha un acto que por su dimensión y contenido cristiano,  constituye una de las más sublimes  obras cometidas por el hombre, esto es hacer realidad lo que señalamos en las líneas iniciales de este tema: traer a Iquitos las cenizas mortales del  sacerdote agustino el Padre Avencio Villarejo; que hizo de la selva su hogar y del Amazonas su destino.

Su vocación sacerdotal  quedó manifestada desde su arribo a esta selva nuestra, cuyos recónditos parajes recorrió predicando la fe cristiana,  fundando escuelas y  edificando iglesias brindando en su mensaje evangelizador, valiosas enseñanzas a los pobladores de las miles de sociedades nativas que recogían con fe y esperanza sus valiosos consejos.

Cabe decir que el religioso,  no solo navegó en canoa surcando ríos y quebradas esparciendo sus valiosos aportes, sino que cuando le tocó servir  a Dios en Iquitos, tuvo especial esmero en detallar todas las obras a ejecutar en la refacción de la Iglesia Matriz de Iquitos logrando para los  cristianos  de hoy una hermosa casa de Dios, como dice el General FAP ® Oscar Dávila Zumaeta, presidente del Club Loreto y gestor principal de la cruzada para repatriar los restos del sacerdote, para quien dicho ciudadano, en misiva dirigida al alcalde de la ciudad, le pide la designación de una calle  central de Iquitos con el nombre del Padre Villarejo.

Advertimos a la ciudadanía que  la urna conteniendo las cenizas del citado sacerdote llegará hoy a Iquitos, a las 10 de la mañana, siendo recibida por el padre Joaquín García  como presidente  de la comisión de recepción y representante en tal acto, de la Iglesia católica.

Recorriendo el trayecto desde el aeropuerto la urna será objeto de un merecido homenaje, en la Universidad Científica del Perú, para luego continuar su periplo a las instalaciones del IIAP, donde uno de sus ambientes lleva  el nombre de Villarejo. Acto seguido será recibido en la Corte Superior de Justicia de Loreto , para luego ser recibido en la UNAP, institución que en vida le otorgó el grado honorífico de doctor Honoris Causa; finalmente los restos serán conducidos  a la Iglesia Matriz donde permanecerá hasta el siguiente día en que luego de la celebración de una eucaristía, las cenizas serán trasladadas en una nave de la Marina de Guerra hasta la confluencia de los ríos Nanay y Amazonas, donde serán esparcidas cumpliéndose el  deseo el padre Avencio de que sus restos «…descansen  en el pueblo al cual dedicó su vida, sus sueños y sus trabajos».

Que los restos del Padre Avencio, descansen en paz en Iquitos.