Aula magna de la UNAP vibró y “estalló” en júbilo con la poesía de vallejo

  • Durante el recital de poesía en homenaje a nuestro gran poeta universal

El aula magna de la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) vibró de júbilo, emoción, y «estalló» en aplausos, con cada presentación magistral de los niños que declamaron poemas de nuestro gran poeta universal César Vallejo, durante el recital de poesía que fue organizado por la Subgerencia de Promoción Cultural del Gobierno Regional de Loreto, a cargo del profesor Marcel Alvarado, con el auspicio de la Universidad.
Fue gratificante observar a inquietos niños de diferentes colegios secundarios, prestar mucha atención a las participaciones de sus compañeros, que dieron lo mejor de sí para estar a la altura de los inmortales poemas de uno de los mayores innovadores de la poesía del siglo XX, nacido en Santiago de Chuco – Perú; actividad realizada el martes 18 de abril, a las 10 de la mañana, por el 79 Aniversario de la muerte del poeta.
Como por ejemplo, la participación de la niña Mayté Vargas del colegio Generalísimo San Martín que al finalizar su declamación hizo levantar al auditorio repleto de niños, quienes de pie aplaudieron y exclamaron «¡bravo!» por tan exquisita presentación, como en los grandes teatros de Europa. Un derroche de talento; sin duda que fue un gran acierto de los organizadores que tratan de inculcar cultura en las nuevas generaciones que tanto lo necesitan.
Uno de los poemas más aclamados y aplaudidos por la juventud, fue «Los Heraldos Negros», con sus inolvidables letras: «Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!… Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma. ¡Yo no sé! Son pocos… pero son. Abren zanjas oscuras en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. Serán tal vez los potros de bárbaros atilas; o los heraldos negros que nos manda la muerte. Son las caídas hondas de los Cristos del alma, de alguna fe adorable que el destino blasfema. Estos golpes sangrientos son las crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema. Y el hombre… Pobre ¡Pobre! Vuelve los ojos, como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa, en la mirada. Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!».
Fue gratificante observar el compromiso de los chicos al declamar para cautivar al público. Cada buena presentación fue un reto para el siguiente participante. Las barras también pusieron lo suyo, fervientemente alentaron, haciendo de este evento una fiesta cultural. Así se disfrutó de los poemas como: «Los dados eternos», «A mi hermano Miguel», «Espergesia», «Trilce», «Piedra negra sobre piedra blanca», «Masa», etc.
César Vallejo, es una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. En el desarrollo de la poesía posterior al Modernismo, su obra posee la misma relevancia que la del chileno Pablo Neruda o el mexicano Octavio Paz. Si bien su evolución fue similar a la del chileno y siguió en parte los derroteros estéticos de las primeras décadas del siglo XX (pues arrancó del declinante Modernismo para transitar por la vanguardia y la literatura comprometida), todo en su obra es original y personalísimo, y de una altura expresiva raras veces alcanzada: sus versos retienen la impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros se transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus profundas inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.