Achuar ecuatoriano hirió a indígena peruano de la etnia Quechua

– Hecho ocurrió cerca a la comunidad de «Nuevo Porvenir»
– Aún se desconocen los motivos del ataque.
– Padre, hijo y hermano se salvaron de una muerte segura. DSC00545
Frente al ataque contra Julio César Dahua Sandi, su hermano de 17 años y su hijo de tan solo 7, las autoridades ecuatorianas ya han tomado acciones inmediatas para dar con los responsables y así conocer el móvil del atentado que hasta la fecha aún es un misterio.
Sin embargo, por el lado del Perú a nadie parece importarle la vida del Achuar herido por lo que su hermana hizo un llamado al gerente de nacionalidades indígenas del gobierno regional para que acuda a la Cdra. 3 de la calle Loreto a dialogar con los afectados.
Según Julio César Dahua Sandi, recuerda que el pasado jueves 8 de enero salió de la comunidad «Nuevo Porvenir» de la zona del Pastaza, hacia «Bombonaza», cerca de la quebrada «Ambuyacu» del Perú. Al ver que no había mucho pescado, le dijo a su hermano que íran a cazar al monte. Cuando iban por el río hacia su tambo, menciona, se vino una lluvia torrencial haciéndolos apurar en la ruta.
«Cuando llegamos ahí nos dimos con la sorpresa que habían tres Achuar ecuatorianos de la comunidad Huachirpa e Ishpingo, a 3 horas de Perú. Conversamos, me pidieron fósforos y les di. Preparamos alimentos y comimos como hermanos porque mi abuelo Alejandro Mucushua está en la comunidad de ellos y un primo Lirio Sandi, también. Yo les conté eso.
Se fueron a dormir y me prestaron una linterna. Mi hijo y mi hermano dormimos en el otro tambo. Mi hijito se había quedado dormido en mi pecho, cuando me volteo a ponerlo a un lado, siento el disparo de la escopeta y me caen perdigones en el vientre y en la pierna izquierda. Otros dos estaban con tremendos machetes «ecuachos». Cuando iban a disparar se les atracó el casquillo. Yo grité para que mi hermano corra, arreglan y le quieren disparar, mi hermano se tira al río, arreglan y le disparan y yo pensé que lo habían matado.
Yo les preguntaba porqué nos querían matar y no decían nada. Chispeando sangre salgo corriendo y me siguen, cerquita me apuntan y gatillaron tres veces pero el casquillo se atracó, arranqué el peque peque y embalé. A mitad del río mi hermano se estaba ahogando, lo subí y le dije no tengas miedo, maneja que estoy herido», contó el Quechua.
Agregó que llegó a Andoas y ahí los auxiliaron, mientras que al niño que se había quedado en el tambo lo encontraron a las 10 de la mañana, como un «traumadito» (señaló su padre) que corría del tambo al río y del río al tambo. Ahora por apoyo de la Pluspetrol y la empresa comunitaria de Andoas, ha logrado llegar a Iquitos donde lo están tratando. El caso merece ser investigado.