Academia popular para votantes.

Muchas cosas con membrete de oficial se han  dado  a través del tiempo  que viene durando nuestra república y la mayoría de ellas, sobre todo las promesas  electorales, pasan a formar parte de la gran gama de utopías que forman una urdimbre fantasmagórica en la estructura nacional.

Pero en    esta  ocasión, la posible utopía que planteamos No conlleva inversiones, pliegos  de  pagos oficiales ni factura burocrática; simplemente se trata de iniciativa y voluntad de hacerlo por parte de la ciudadanía con ánimos de aprender y de enseñar. Y por supuesto con apoyo técnico de la ONPE, los mismos que desde las academias populares que se crearían, podrían ilustrar al elector medio y desinformado, de cuáles serían  sus obligaciones y derechos como ciudadanos  a punto  de  elegir un nuevo gobierno nacional.

La mayoría de electores aupados a los coches de cada partido político, no podría decirse que lleva consigo un bagaje de conocimientos propios de su percepción del lugar donde vive, sino que  ya lleva en sus sentidos el pensamiento como siempre utópico de cada uno de los candidatos de siempre, y que milagrosamente aún perviven como candidatos de su siempre utopía.

Francamente creemos, que al aviso de que no habrá emolumentos para quienes participen como profesores alumnos, muchos se mofarán y denostarán con lo que nosotros pretendemos, contar  que haya siquiera un poquito de gente honesta que  guíe al electorado a una    decisión equivocada. Nos podrán decir utópicos: pero primeros lo dijimos nosotros, así que tendrán que buscarse otro término aunque sea catingoso, que pueda calificar con  propiedad su oposición a la iniciativa.