90 AÑOS… CON EL PUEBLO

  • A propósito del aniversario fundacional del Partido Aprista Peruano

Por: Edgar Valdivia Isuiza

Eran las 8 de la noche del 20 de septiembre de 1930, un pequeño grupo de cuarentaitantos pero resueltas y valerosas voluntades juveniles, eludiendo el frío que calaba los huesos que marcaba el ritmo de la noche, en un taller de carpintería ubicado en una de las calles del Cercado de la capital peruana, daba paso y suscribía el acta de nacimiento del Partido Aprista Peruano, bautizado posteriormente al influjo del calor popular como Partido del Pueblo.
Emergía en el escenario social y político del Perú una de las organizaciones más audaces y consistentes, con horizonte y perfil propio, forjado a la luz de la interpretación de la realidad peruana, indo americano y mundial; con sólidos y sustantivos paradigmas principistas que trastocaba las letanías conservadoras. Empezaba la larga, difícil y desafiante ruta de la revolución de los espíritus. El pueblo del Perú daba un viraje en su enfoque sobre el quehacer político y social, un nuevo e innovador lenguaje recorría pueblos y comunidades, asumiendo con propiedad y solidez propositiva temáticas tabúes, el movimiento no nacía en torno a una coyuntura o una circunstancia electorera, formaba parte de un arraigado y largo proceso de pedagogía y civismo popular de gran dimensión y magnitud histórica. Surgía una nueva voz que expresaba el sentimiento natural de los arenosos valles costeños, la crudeza invernal de las alturas serranas y lo inhóspito y abrupto de la misteriosa mitología amazónica. Se remecía los cimientos de una estructura social injusta, marginal y elitista; forjando un Partido renovador, moderno y con una nueva visión del Perú y del mundo. El Perú de los campesinos y los trabajadores manuales e intelectuales, de los jóvenes y veteranos, de los hombres y mujeres, afianzaban sus alianzas para dar a luz a un nuevo espacio convergente, para sumar fuerzas y hacer frente al embate del enemigo común de esos tiempos: el imperialismo y sus aliados comunes, se daban “los primeros pasos para organizar nuestro Partido” en el lenguaje de Petrovick, nombre de combate de Oscar Bolaños, esos tiempos: el imperialismo y sus aliados comunes, se daban “los primeros pasos para organizar nuestro Partido” en el lenguaje de Petrovick, nombre de combate de Oscar Bolaños.
El 20 de setiembre de 1930, marcaba una huella indeleble en el largo recorrido de más de dos lustros, desde el inicio de la lucha de Haya de la Torre para abrir rutas hacia la conquista de una sociedad más justa, fundada en la alianza de los trabajadores manuales e intelectuales en un frente único de lucha.
90 años de largo trajinar del avatar y las vicisitudes para construir una sociedad democrática con justicia social, a través de heroica lucha de miles de mártires que regaron con sangre, sudor y lágrimas, todos los caminos del Perú en la esperanza de hacer realidad en la perennidad, la visionaria doctrina forjada por Víctor Raúl Haya de la Torre.
90 años que ubica al Partido del Pueblo en otra etapa de su fructífera historia, nuevos desafíos que nos impone la coyuntura política nacional, nuevos retos que nos imprime la dinámica del mundo globalizado, nuevos bríos para afirmar la gran y titánica tarea para forjar un país líder con personalidad y autoestima en el contexto de Indo américa y el mundo.
90 años que nos exigen asimilar con sentido propositivo el embate avasallante de las tecnologías y la sociedad del conocimiento, para sumarnos con impulso innovador y competitivo al desarrollo de nuestras potencialidades económicas, sociales y culturales; que nos impulsen como nación piloto, hacia el objetivo medular de construir la perspectiva del Perú del futuro, que defina el tipo de país que corresponde a las generaciones que nos alternen en el mediano y largo plazo.
90 años que nos encuentra sin el compañero Alan García Pérez, 2 veces ex-presidente de la República en representación del aprismo, inmolado en defensa de su honor y su dignidad ante la feroz persecución de una justicia cruenta, cavernaria y politizada.
90 años de vivencia, que nos deben conducir a una profunda reflexión, en el propósito de perfilar la nueva organización que requiere el aprismo, para insertarse con más eficacia y eficiencia en el tejido social peruano, que redimensione nuestro compromiso y nos compenetre con la filosofía y las aspiraciones de un pueblo, que en el fragor de sus convicciones sintoniza con el mensaje de Víctor Raúl Haya de la Torre, que el aprismo camina siempre…siempre con el pueblo. Que las vicisitudes heroicas de las generaciones de los 90 años de la historia del aprismo peruano, sea el paradigma que sustente los valores que sostengan la posterioridad de la gran revolución social de pan con libertad.
Mi emocionado y mejor homenaje a los apristas amazónicos que moran en el oriente eterno como Cesar Pardo Acosta, Francisco Gonzales Willis, Francisco Odicio Román, Máximo Meléndez Cárdenas, Julio Cachay Pinedo, Rafael Hernández Da Souza, Francisco Solano Ríos, Mercedes Braga, Isauro Blas Cobián, Consuelo Matos Vda. de Pardo, Eudoro Correa Ríos, Julio Reyes Ruiz Vargas, Remigio Saldaña, Armando Ferreira, Alfredo Marill, Juan Tello, Jovino Vásquez, Rómulo Vargas Vásquez, Santiago Cárdenas Rojas-Regra, Eduardo Del Águila Bardales, Jorge López Vásquez, Walter Solano Rodríguez, entre otros cientos de anónimos y tantos militantes, que dieron ejemplo de entereza en las dolorosas y fructíferas jornadas de lucha por la libertad, la democracia y la justicia social, que los trazos indelebles trasunten la catarsis del tiempo.
Al conmemorarse el 90 aniversario de fundación del Partido del Pueblo, ratificamos el grito de batalla de los apristas leales y convencidos de los principios fundamentales y la vitalidad doctrinaria, ideologica, programatica del aprismo y su esencia historica, forjado heroísmo y martirologio por los cuatro puntos cardinales del Peru, APRISTA: TEN ORGULLO DE TU GRAN PARTIDO.
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