oficializó el día de ayer en todo el país: la pobreza aumentó con la figura registrada de cerca de 400 mil peruanos y peruanas que no pueden ni tener 300 soles al mes. Y la clásica de nuestra cultura es empezar a buscar culpables, cuando el problema es el sistema económico que muchas veces no sincera cifras.
Conocer este dato estadístico nos lleva a recordar la famosa frase nacional de que estábamos en un “chorreo económico”, en una gestión presidencial pasada, lo que parecía absurdo frente al aumento de la desnutrición crónica infantil, por ejemplo, o ante el aumento del desempleo o del subempleo, o el cierre de negocios por falta de compradores.
Pero los especialistas nos tienen que decir porqué un país con tanta riqueza natural puede estar sometiendo a su población a bajar la condición de su economía, la tendencia debería ir hacia el aumento de nuestra capacidad adquisitiva y no a bajarnos a la mínima expresión monetaria.
Todos sabemos que el sistema económico mundial nos absorbe y nos hace esclavos de la cuantiosa deuda externa que como país asumimos, pero si la riqueza interna sería distribuida con mejor criterio no tendrían por qué aumentar los pobres en nuestra nación.
Hace mucho tiempo que los ciudadanos de a pie del país, intuíamos que no estábamos en un real, ni menos aún equitativo crecimiento de nuestra economía, cuando otras cifras nos decían que estábamos en ascenso, en otra gestión de gobierno nacional. No lo asimilábamos como cierta porque las calles nos daban otra lectura. O decíamos “chorreo económico” para quién, para los que tienen ya más que lo suficiente para vivir y se están convirtiendo en nuevos ricos.
En medio de toda esta realidad nacional y regional está el tema de la corrupción en materia económica, los millones y millones de soles que han fugado a manos delincuenciales, y no han sido destinadas al crecimiento económico. Y he ahí el reflejo con este aumento de los pobres y seguro el aumento de nuevos ricos, que quisiéramos conocer quiénes son, y si los signos exteriores de riqueza se pueden justificar, y si estos dineros conseguidos ilegalmente de las arcas del Estado se pueden recuperar. En realidad se deberían, y eso es todo un tema de procesos judiciales que también inquietan, por decir lo menos.
Esta relevación sobre la cantidad de nuevos pobres en el país, nos deberían llevar ya a toda una reformulación del sistema económico nacional, que no tiene por qué seguir a pie juntitos los mensajes de un sistema capitalista que no se debe aplicar a nuestra realidad, porque las condiciones son distintas, pero eso parece que poco importa a quienes manejan la política económica nacional, cuya élite se absorbe por una clase empresarial, al parecer, poco interesada en bajar los niveles de pobreza en el país.
Estamos en crisis hace tiempo y se avanza lento para salir de la misma, porque los poderes del Estado también están en crisis, y los últimos acontecimientos en relación a la “liberación”, para pasar a la condición de reos intra-domiciliarios de un grupo de terroristas de Sendero Luminoso, según reportes nacionales confiables, que no se arrepintieron del delito de terror cometido; nos hace vulnerables, nos hace mirar el “caldo de cultivo” que se puede estar generando con el descontento popular, y así el gran riesgo del rebrote de acciones subversivas dañinas para todos.
En suma, la situación del aumento de la pobreza en el país se pudo advertir, y se pudo controlar, pero, lamentablemente las prioridades van por otro camino que no se acierta en la línea de conducción del país que nos ascienda a un desarrollo real. Como en Loreto que tenemos un CITE Productivo implementado al 20% de su capacidad, mientras la materia prima regional espera poder dar valor agregado a sus productos, para mejorar la economía.
Sincerando cifras
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