“Una decisión política justa y soberana”

Por: Teodulio Grández Cárdenas.

Partimos el presente comentario preguntándonos: ¿Cuánto pesa en las decisiones de los gobiernos la acción consciente y organizada de un pueblo?
Podríamos decir que ello como todas las cosas, es también relativa, en consecuencia converge una serie de factores internos  y externos, como pueden ser la unidad interna y las circunstancias políticas en las que se mueven el poder central, dentro de los cuales se contextualiza los hechos. Y en verdad que ha sucedido a nivel de gobierno y de las organizaciones indígenas, para que las decisiones tomadas por el gobierno central hayan sido aparentemente rápidas; lo que no ha sucedido en otros contextos, Tía María, “El Conga”, entre otros.
Si miramos con una visión retrospectiva, ninguno de los casos indicados, fueron hechos fortuitos y del momento. Creo que el caso del Lote 192 es atípico, dentro de la política neoliberal capitalista, porque rompe con el paradigma neoliberal de la total privatización de la economía, lo cual, siendo un caso aparentemente pequeño, contradice la práctica del negocio neoliberal, ya que quita un trozo de “carne” a quienes tradicionalmente en el Perú (en el capitalismo) se han sentido siempre dueños de nuestros recursos naturales.
¿Pero, quién es el verdadero  gestor de esta hazaña?
Es indudablemente el pueblo loretano organizado, pero sobre todo, de la acción permanente de los pueblos indígenas de cuya historia trágica de luchas, poco conocemos. Ella en verdad ha sido siempre permanente y cada vez más consciente y organizada, la que hoy ha adquirido cuerpo de ciudadanía de sus derechos adquiridos y apuntalados por el derecho internacional, con carácter constitucional. Lo conseguido, pues, fue a punta de luchas y sacrificios, no pocas veces con muertes, como son los casos de Bagua, el Morona (comunidad Nazaret), Andoas, entre otros.
En consecuencia, el control y manejo por parte del Estado peruano del Lote 192, es una especie de punto de quiebre hacia la concreción de nuestras más caras aspiraciones de justicia social, que tal vez no tendrá  fácil continuidad con otros casos parecidos, pero que por su naturaleza del hecho nos dignifica como peruanos, haciéndonos pensar que somos soberanos, mas allá del entreguismo de nuestros gobiernos. Es decir, empezamos a recuperar lo que por derecho nos pertenece y nos ha pertenecido siempre desde épocas ancestrales.
Creo finalmente, que la reivindicación siempre soñada y que aunque pocos se expresen en el caso del Lote 192, es ya bastante por las circunstancias políticas sociales y económicas en las que se han suscitado, lo cual, que indudablemente se condice, con la época de las corrientes de cambio social con justicia, que han empezado a generarse a nivel mundial, en una lucha cada vez más frontal y decidida contra el imperialismo que hoy más que nunca ahoga con la crisis y que por insólito que parezca porque esta ya fuera de época, vuelve a la carga buscando recuperar los espacios perdidos, dentro de los cuales la Amazonía hoy por hoy es el bocado más preciado que aspiran los neoliberales del gran capital.