Una cita importante

Procedentes de todas las regiones del país, 256 consejeros regionales se han dado cita en Iquitos para realizar el II Congreso de Consejeros Regionales. Una reunión dedicada a analizar el proceso de descentralización, los problemas que aún perduran con el centralismo limeño y el cómo llegar a consolidar los gobiernos regionales, tiene que ser, sin duda, sumamente importante en la vida de nuestros pueblos.

En la ceremonia protocolar de bienvenida a los visitantes, el presidente de la región Loreto, Iván Vásquez abordó temas que seguramente serán del análisis de los consejeros porque atañen a los problemas que diariamente tienen que sortear los gobiernos regionales, especialmente en aspectos que tienen enlace directo con esas actitudes colonialistas que han heredado del pasado los altos funcionarios de Lima y las autoridades, por supuesto, las que son totalmente dañinas para las regiones.

En ese sentido, es importante resaltar la intervención de Víctor Isla, presidente del Congreso de la República, loretano para orgullo nuestro. En sus palabras, el proceso de descentralización debe continuar, más aún en este gobierno del presidente Ollanta Humala de quien las regiones tienen todo su respaldo. Es más, Isla invitó a los consejeros a hacer llegar sus iniciativas al Legislativo, a fin de que convertidas en proyectos de ley, pasen a ser consideradas en el debate parlamentario y si están bien sustentadas se conviertan en leyes. Pidió levantar la bandera de la tolerancia y trabajar juntos por el engrandecimiento del país en general.

Buenos vientos soplan a favor de las regiones, especialmente de la nuestra. Si hay disposición de parte del Ejecutivo y del Legislativo, ahora toca a quienes representan a nuestro pueblo, saber hacer y saber llegar con buenas propuestas que merezcan la atención del Congreso, que ahora tenemos en Víctor Isla, a un provinciano como su presidente, quien como conocer de cómo se vive allende los andes como guardianes de tres fronteras de la patria, sabrá ponerle interés y decisión a lo que Loreto y los pueblos amazónicos en justicia merecen.

Las circunstancias no son azahares del destino. Están puestas para que se las tome como instrumentos para lograr algo que nunca se pudo alcanzar. Esta es la oportunidad de Loreto. Solo hay que pensar bien en que el desarrollo muchas veces no es tarea de un solo esfuerzo, sino que, en una alianza de hermandad amazónica, se estudien las mejores posibilidades para construir una Amazonía Peruana poderosa, preparada para enfrentar los retos globales del presente y más aún del futuro.