Una buena lección

Un severo castigo por dañar el ambiente ecológico de la reserva nacional Pacaya Samiria con sus residuos químicos, acaba de aplicar el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental, OEFA, a la empresa petrolera Pluspetrol. La multa de cerca a 30 millones de soles es un aviso en lo que se refiere a mantener en buen estado la ecología de nuestra Amazonía, no hay contemplaciones para nadie. Y eso está muy bien, para que las compañías explotadoras de petróleo respeten sus compromisos con el ambiente donde desarrollan sus actividades.

Nuestra selva es uno de los medios naturales más frágiles del mundo, por lo que merece no solo la protección a través de leyes en el papel, sino mucho más,  en una efectiva fiscalización del Estado de las actividades de explotación petrolera, que de no cumplir con los parámetros y estándares de respeto establecidos  al medio donde trabajan, deberán ser multados con todo el rigor para que a nadie le quede duda de que lo nuestro se protege.

Olvidemos las vergonzosas prácticas del pasado, cuando autoridades ambientales comprometidas con la inversión extranjera, se humillaban aplicando multas que daban risa a los infractores. Hoy, vemos que la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental sale fortalecida con lo logrado contra Pluspetrol por los daños hechos contra la conservación ambiental en Pacaya Samiria.

Nadie tiene corona en este tema. La naturaleza debe estar protegida por sobre todas las cosas. Si lo establecido va a ser pisoteado, es mejor que al que infringe la ley se le haga sentir donde más duele.

Las demás compañías explotadoras de recursos naturales, están avisadas.