Taita Panchito

– Concluyó una intensa semana religiosa sudamericana bajo “El efecto Francisco”:

Por: Adolfo Ramírez del Aguila
arda1982@yahoo.es

Papa y Evo

La primera visita pastoral del Papa a Sudamérica hispanohablante,  ha logrado su objetivo previsto: Mostrar con gestos y actos públicos, que Cristo y su Iglesia actual están de lado de los pobres,  los excluidos, los descartados y los olvidados del planeta. Ecuador, Bolivia y Paraguay fueron los tres países hermanos de esta Patria Grande elegidos para esta peregrinación pastoral del ya bautizado “Taita Panchito”. Tres países, acogieron durante una semana al misionero obispo de Roma. Y la recepción de los visitados fue de una manera activa, escuchando sus proféticas homilías, pero también aprovechando la ocasión  para dar su propia palabra. Los ojos del mundo estuvieron atentos a cada paso de este misionero de la paz, verificando  sin intermediarios, la verdad de las cosas, aquella realidad que la prensa oficial normalmente esconde.
El Papa se sintió muy en casa, y fue propicia la situación para presentarse como un intermediario de lujo entre la población y sus líderes políticos: En Ecuador, por ejemplo, la población y sus niños  se congregaron masivamente para exigir a sus gobernantes un poquito más de libertad de expresión. En Bolivia, los líderes de las organizaciones populares, los presos de las cárceles y sus nativos originarios,  exigieron un mundo más inclusivo y pluri-diverso. En Paraguay, sus mujeres herederas de heroicidad histórica, sus jóvenes sin futuro y los enfermos desahuciados, reclamaron por un mundo más justo y solidario. El estilo Francisco, hizo noticia, buena noticia, Buena Nueva (Evangelio).
Seguramente, a lo largo de esta semana post visita papal, continuarán las repercusiones en torno a este intenso momento espiritual vivido en esta América morena. Y ojalá nuestros líderes de la jerarquía católica latinoamericana (curas, obispos y cardenales) aprovechen el impacto de fe de esta gira, para actualizar las estrategias pastorales y dejarse llevar por el ventarrón del Espíritu Santo que nos trajo este misionero de Cristo. Y ojalá todos los demás bautizados (me incluyo) asumamos un compromiso más concreto, para que nuestra Iglesia sea más misionera y menos encerrada en sí misma, sea más profética y menos cómplice del orden establecido, sea más pastoral y menos sacramentalista.
Y como los gestos hablan más que mil homilías, los medios de comunicación resaltaron el polémico obsequio que hiciera  el presidente boliviano Evo Morales al Papa. Un crucifijo de madera tallado en forma de una hoz y un martillo. Este detalle despertó viejas pasiones ideológicas de nuestros agentes políticos sudamericanos  y hasta de nuestro cardenal peruano. En realidad, el obsequio fue una réplica de un crucifijo muy apreciado por el pueblo boliviano, creado y tallado por un sacerdote jesuita, Luis Espinal Camps. Este cura español, fue torturado y asesinado en 1980 a manos de un comando paramilitar de la derecha boliviana. Este crucifijo, simboliza el necesario diálogo entre la Iglesia Católica y cualquier ideología de derecha o de izquierda. El padre Luis Espinal entonces, no fue un comunista marxista como se le acusó por mucho tiempo, simplemente fue un sacerdote de lado de los perseguidos y de los más pobres. El gesto de Evo Morales fue un acto político-religioso que no dejó de sorprender al Papa.
A propósito de discusiones ideológicas, faceboqueando en estos días de papamanía, un amigo socialista  comentaba eufórico en la red: “Actualmente, el papa Pancho busca preparar las condiciones para disputar y desplazar a las fuerzas de izquierda del escenario político, es decir ganar la hegemonía a las fuerzas revolucionarias para promover que cambie algo para que no cambie nada”.  Recuerdo que le contesté: “Considero que el Papa es un aliado estratégico y no un competidor de la izquierda latinoamericana. Dejemos ya de vivir en nuestras burbujas ideológicas, el Muro de Berlín ya cayó”.
En fin, la visita del Papa, pasa a constituirse en un hermoso legado histórico del cual estos tres pueblos sudamericanos agradecen profundamente.  Los peruanos no perdemos la esperanza que en algún momento se anuncie la visita de Francisco a nuestro país, habrá que prepararnos. Y como dicen mis alumnos: “Profe, si el Papa panchito vendría al Perú ¿llegará a Iquitos?” y les contesto: “Conociendo la opción preferencial del Papa por los olvidados y abandonados, creo que sí” y añado: “El problema es en qué lugar de esta ciudad podríamos hacer la concentración, este Papa arrastra millones de personas en sus actos públicos”.  Planteo este reto a las autoridades con mucha antelación, para que cuando llegue ese momento esperado, no nos coja desprevenidos.
Ayer domingo a las 6 de la tarde, el Papa Francisco abandonó suelo sudamericano de vuelta a Roma. La próxima visita a este continente, será en setiembre de este año,  Cuba y Estados Unidos son los países en la lista de este nuevo periplo. Recordemos que Francisco hizo de intermediario para que termine  la absurda Guerra Fría entre estos dos pueblos. Desde hace más de 50 años, el gigante norteamericano castiga a la isla con un bloqueo económico, para asfixiarla existencialmente, como un castigo por atreverse a hacer la revolución al mando de Fidel Castro. A estos dos países reconciliados, llegará el Papa y seguramente será un nuevo momento de intensa religiosidad que iluminará nuevamente la vida política de los pueblos del Nuevo Mundo.
Desde este rincón olvidado de la Amazonía, elevamos nuestras oraciones por este Papa, pidiendo a Dios que le siga regalando más salud y vida. Gracias Tayta Panchito, por  esta grata visita. Amén.