Sexo, vil negocio

Desde cuando el sexo se comenzó a comercializar, nació la prostitución y con ella viviremos hasta que el mundo en que vivimos desaparezca.
Entonces, si queremos cambiar el destino, debemos actuar con mucha más fuerza contra este vil negocio, donde quien se lleva la ganancia por vender placer sexual no es precisamente quien ofrece su cuerpo, sino quien la explota.
Si nos remontamos a tiempos inmemoriales, la esclavitud de mujeres para ser ofrecidas como objetos de placer, se pierde en la oscuridad del más lejano pasado, cuando las más atractivas eran capturadas y sometidas a las órdenes del explotador.
Hoy, para la mujer, ser joven y bonita, de buen cuerpo, mejor si es de un estrato social humilde, donde las necesidades de dinero es por demás insoportable, que es lo que buscan los tratantes de personas, que así es fácil que la presa caiga en sus redes, ante el ofrecimiento de dinero y mejor posición para ella y su familia, lo que al final es solo un anzuelo para atraerla, sea con la propuesta de un trabajo en otra ciudad o con cualquier otra mentira como llegar a ser bailarinas de un grupo musical famoso o vedetes de la televisión, que es también un medio donde  mafias organizadas ofrecen mujeres que después estarán mezcladas en escándalos de drogas y asesinatos.
En Loreto se han registrado muchos casos de explotación sexual de jovencitas que fueron llevadas a otras ciudades donde las obligaban a ejercer el meretricio, al punto de tenerlas esclavizadas totalmente, sin posibilidad de comunicarse con sus familiares, atemorizadas con matarlas si es que denunciaban las cosas a las que estaban obligadas a hacer.
Niños y niñas son víctimas de pedófilos, entre ellos turistas que vienen a Iquitos a buscar a menores de edad para satisfacerse sexualmente. Estos niños tampoco actúan por su cuenta y riesgo, sino que tras ellos hay personas mayores que les dirigen.
Por todo esto es importante la campaña que un grupo de organizaciones no gubernamentales están realizando desde ayer en nuestra ciudad, a fin de sensibilizar a nuestra sociedad sobre esta cruel realidad de la explotación sexual en nuestro medio. Si juntos actuamos contra este flagelo, no existirá eso que se llama la fuerza del destino, la podemos derrotar.