Rigidez electoral

Cuánto realmente conocemos de un proceso electoral en base a la legislación. Ni siquiera los candidatos dominan el tema, nos comentaban. Y desde que el caso Julio Guzmán está en el tapete, pareciera a todos o casi a todos les empieza a mover el piso. Algunos se aventuran a catalogar como nada claro este proceso y patean el tablero para retirarse. Alguien se fue, otros parece se alistan.

La Ley fue siempre así. Pareciera sí que actualmente el tema se pone estricto. Y es que el efecto Julio Guzmán pareciera que no solamente les ha puesto en «chiri chiri» a las candidaturas presidenciales, sino, también a quienes aspiran ocupar un sitial en el Congreso de la República.

El suelo está parejo parecieran decir de las oficinas electorales y ante cada duda nos sacan la ley, sus alcances, sus efectos y flexibilidades. Sí, sobre todo en el tema de las tachas, que si bien puedan declararse infundadas y salir airoso el candidato (a). El asunto no termina allí, puesto que su situación es vulnerable ya que queda en una especie de investigación que continúa, por si se detectara algún elemento contrario a la norma electoral, la candidatura puede quedar sin efecto hasta diez días antes de las elecciones. Es más, hasta un día. Y es otro más aún, hasta de ganar puede quedar sin efecto su credencial.

Todo está en la ley. Y es que muchos sin conocerla, sin leerla se aventuran a lanzar opiniones, comentarios y análisis varios, lo que al no ajustarse a la legislación y normativas del proceso pueden terminar, como está sucediendo en varios temas, proyectar una especie de inestabilidad, de falta de transparencia, de desconfianza.

Pero ahí está disponible el Compendio de Legislación Electoral 2016. Cuántos si quiera le hemos dado un vistazo, una chequeada siquiera a las partes que nos interesan. No para volvernos expertos en el tema, pero sí lo suficiente como para no sentirnos desorientados en un proceso como el actual, cargado de mayores tensiones que en anteriores procesos electorales.