Relleno impecable

Hasta la fecha solo conocemos uno: un relleno sanitario artesanal donde hasta los gallinazos escasean y nos referimos al Relleno Sanitario de la ciudad de Nauta que quizás sea una, si no la única obra que pueda mostrarse impecable donde la manipulación y tratamiento de la basura ha surgido en base a un convenio con una organización española.
Y la verdad, que además de las cualidades del organismo español lo que primó en su ejecución, fue la corrección en el diseño del mismo, paralelo a la capacitación de trabajadores municipales y sensibilización a las autoridades ediles de turno, donde no pudieron meter “uñas” quizás porque no había forma de hacerlo debido al estricto control ejercido.
Lo cierto es que el Relleno Sanitario de Nauta es un ejemplo de lo que deben hacer muchas municipalidades, como alternativa ante la falta de grandes presupuestos para rellenos sanitarios sofisticados. Es por ello que el relleno que impulsa la municipalidad de San Juan en la ciudad de Iquitos genera expectativa en cuanto a su efectividad funcional. En su momento se evaluará.
Y es importante resaltar que el relleno sanitario de Nauta tiene tan pocos gallinazos en sus alrededores que no son percibidos, por lo menos nosotros no vimos ni uno, las veces que visitamos este ejemplar lugar, pero dicen que por ahí aparecen.
En fin, en líneas generales es un logro en cuanto a salubridad se refiere, porque hasta cuando se pasa cerca a este lugar ubicado en el kilómetro 85 (si mal no recordamos) de la carretera Iquitos Nauta, no se percibe ningún mal olor, no trasciende el hedor, como cuando algunas veces captamos en el relleno del 30 que nos obliga a tapar la nariz.
Y en realidad, con este tipo de muestras no se tiene que esperar tener grandes presupuestos para aspirar a tener un relleno sanitario que brinde salubridad a los pobladores, hasta los poblados menores, las comunidades, los caseríos, pueden tener su sistema comunal de tratamiento de la basura, con reciclaje y todo lo que implica hacer productivos los deshechos.
De esto se estaba iniciando una experiencia en el poblado de San Regis, ubicado a orillas del río Marañón, donde en triciclos se recogía la basura de los habitantes que previamente habían sido capacitados en la selección de la basura que producían. Luego era llevado al relleno sanitario comunal donde se le daba el tratamiento respectivo. Esperamos que esta experiencia siga y sea un ejemplo a seguir. Solo es cuestión de que las autoridades quieran hacerlo.