Reforma electoral

Nuestra ciudad de Iquitos no fue ajena ayer a la movilización callejera que convocó a gran parte de la ciudadanía del país en diferentes ciudades, para exigir que previa reforma electoral y las condiciones que así lo ameriten, el presidente Martín Vizcarra que juramentará hoy, convoque a elecciones generales, mientras otros contrarios expresaron que Kuczynski debió ser vacado.
Acá marchó también una juventud indignada por lo que está pasando en el escenario político nacional, similar a presunciones regionales y en los niveles de gobierno provincial y distrital. Con mensajes exigieron nuevas elecciones generales para elegir a nuevos congresistas y nuevo mandatario de la Nación.
Se ha podido ver a través de la televisión nacional las diversas opiniones y comentarios de ciudadanos, como acá en Loreto también se han estado pronunciando en torno a que la real tranquilidad del país se conseguirá cuando se cambien a las actuales autoridades legislativas y del ejecutivo.
La percepción de la ciudadanía es que la mayoría de parlamentarios no van a cambiar porque pretenderían gobernar y manejar el país desde el Congreso de la República que a su vez es dirigido por Fuerza Popular que lidera Keiko Fujimori.
Sin embargo, la indignación no solo es por esta mayoría parlamentaria (Legislativo), sino por toda la clase política nacional, incluyendo al Ejecutivo, que se ha visto envuelta en situaciones de corrupción. Es por ello que el clamor de muchos ciudadanos es que se canalicen las condiciones legales para que se adelanten las elecciones generales.
Algunos constitucionalistas han hablado de que la Carta Magna no habla de adelanto de elecciones; sin embargo, no cuestionan el dictamen calificado por ciertos especialistas de inconstitucional dado en el Congreso de la República por mayoría, para impedir a un presidente disolver el Parlamento. Así se comprueba que el actual congreso hace lo que mejor le conviene, atropellando la Constitución Política del Perú, y pocos lo observan.
La lectura que nos da esto, es que cuando lo desee una mayoría parlamentaria cambia el contenido constitucional. Es por estas actitudes que una mayoría ciudadana no confía en que Vizcarra tendrá tranquilidad para trabajar.
Además que las agrupaciones políticas nacionales han sido desacreditadas por el caso de corrupción Odebrecht, y no hay confianza que quienes los representan en la gobernabilidad hoy sigan decidiendo por el país.
Seguiremos observando con mucha atención los hechos que se van suscitando en la ciudad de Lima, donde se sospecha que quienes influyen en los gobiernos de turno direccionan hacia intereses empresariales o de grupo, dejando de lado lo que más le conviene al Perú.