Quinta dosis por la vida

Conforme a la información brindada por el sector Salud de la región, hasta el momento las brigadas han logrado cubrir con la vacuna antirrábica en tres distritos focalizados de la provincia de Datem del Marañón (Morona, Cahuapanas y Andoas). La vacunación consistente en cinco dosis, se hace según el esquema del Ministerio de Salud.
Este tema de salud con población indígena conlleva también a un esfuerzo  de persuasión porque ellos y ellas tienen costumbres y creencias que distan enormemente de los postulados de la medicina científica, más la limitación de la comunicación por la lengua étnica frente al idioma castellano, el trato con los pacientes es titánico.
Es que no todos acceden a venir a Iquitos para la atención médica que la rabia silvestre (por mordedura de murciélago), amerita. Se conoce que en estos días varios enfermos se han negado a su manera a no ser evacuados. Unos se internan en el bosque y no salen, otros fueron hacia Ecuador, otro acepta, pero no se presenta al embarque y otros simplemente dicen, no quiero.
Algunos habitantes indígenas nos comentaban que la idea de la brujería asociada con el mal, está en el imaginario colectivo muy enraizado. Por lo que es un avance importante que muchos hayan accedido a la vacunación que consiste en cinco aplicaciones. Esta población se puede garantizar que de ser mordidos por murciélagos infectados, no desarrollarán la rabia. Hay tranquilidad por esa parte, en honor a la vida.
Sin embargo, no deja de sorprendernos la historia que nos viene de boca de apus y habitantes de la zona y de otros sectores indígenas. Hace unos diez años aproximadamente y hace otros tantos, hubo otros casos de rabia silvestre. Siempre asociado a la brujería nos cuentan que los infectados se botaban al río desesperados. Hubo muchas muertes. Enumeran que una vez hubo como 80 víctimas fatales.
Entonces haría bien el sector Salud en identificar más lugares donde se podría presentar la rabia silvestre y además de la aplicación de la vacuna, pensar en otras estrategias. Nos preguntaba un apu quizás ingenuamente, o sabiamente, cómo sería posible atacar al murciélago transmisor de la rabia. Un tema que se lo trasladamos a los investigadores médicos.