Qué nos deja el desborde de los ríos catorce años después

Hay un dicho que reza que lo urgente le quita espacio a lo importante. Efectivamente, catorce años después del último desborde importante de los ríos, pareciera que la situación sería la misma de antaño.  Los medios masivos de comunicación informan  sobre la inundación de las zonas bajas, enfermedades respiratorias de los pobladores de estas zonas además de enfermedades diarreicas y una serie de complicaciones.

Un desborde de esta magnitud complica a varios sectores, Salud por ejemplo tiene que atender a más población enferma, además los servicios de este sector deben ampliar sus márgenes de cobertura, lo que resulta imposible pues los centros de salud existentes en estas zonas también están anegados. El sector educación también se ve afectado dado que los colegios de las zonas bajas se inundan y no se puede cumplir con el calendario del año académico. Indudablemente la emergencia es el camino y las  gestiones del gobierno regional han resultado en que el gobierno nacional,  a través del DS 037- 2012 – PCM, declare en emergencia  gran parte de la región Loreto debido a que el desborde de los ríos Ucayali, Huallaga, Marañón, Amazonas y afluentes inundan zonas bajas y colapsan viviendas y sembríos, poniendo a la población en riesgo.

 

El desborde que vive la región no es nuevo, ya en el año 1998 se registró una creciente similar a la de estos días. Todos los años crecen los ríos por estos meses y algunas veces el agua llega a niveles superiores sin que esto quiera decir que haya años en los que no se registre creciente; esta se repite año a año con distintos impactos y tanto la población como las autoridades saben sobremanera que en los meses de creciente, los niveles de agua en el río, suben.   Han pasado 14 años desde la aciaga creciente del 98, durante estos 14 años la naturaleza ha dado tiempo para prevenir este tipo de desastres, pero la situación se está repitiendo, cabría preguntar qué es lo que se ha hecho en este periodo para minimizar los embates de la naturaleza.

 

Las zonas inundables en nuestra región se conocen desde hace mucho tiempo, y año tras año los pobladores que ahí viven son los más afectados. Sus viviendas van desde estructuras de madera con techos de palma  hasta construcciones de material noble que no por ser de ladrillos y cemento dejan de inundarse. Querámoslo o no, estas personas se han establecido ya en estas zonas y ahí van a quedarse, con o sin creciente, ahí tienen colegios para sus hijos, postas de salud para sus males y hasta agua por horas. En la zona baja de Pampa chica, por ejemplo, existen 9 asentamientos humanos que son zonas inundables, el AH «El Porvenir» tiene 26 años de fundado y es la segunda vez que se inunda de esta manera,  sus autoridades, al ser consultadas por sus gestiones para enfrentar la creciente, indicaron que se habían cursado documentos a los entes correspondientes, señalando que cuando empezó a inundarse la avenida del Ejército, que da acceso al asentamiento, específicamente en el sector de «Agua Blanca», recibieron la visita de Defensa Civil Regional, Defensa Civil de la Municipalidad de Maynas y las autoridades de la misma comuna, que entregaron maderas con las que se están haciendo los trabajos de puentes de acceso y altillos en las viviendas.

 

La Municipalidad Provincial de Maynas, a través de defensa Civil, viene habilitando un albergue a espaldas de Sedaloreto, en un terreno en el que han plantado  una estructura de madera que todavía le falta techo y paredes, pero, con la colaboración de autoridades y población se espera que se encuentre lista en el menor tiempo posible.

 

La emergencia hay que atenderla, enfrentarla y superarla, atrás quedan los documentos presentados por la población del AH «El Porvenir «para levantamientos de rasante y las maderas entregadas por la comuna de Maynas a la población del AH «El Aguaje» que han quedado cortos por el tamaño de la creciente, lo que no debe quedar atrás es la situación por la que está atravesando la población de menores recursos.

 

Cuando baje el agua y luego de atender la emergencia, es necesario que la población y las  autoridades se pongan de acuerdo para que esta situación, que de todas maneras va a repetirse,  no nos afecte tanto. (MIPR)