QUE CONOCEMOS DE LAS EMOCIONES?

 

Escrito por: Pedro Nicanor AZABACHE DE LA CRUZ

La palabra EMOCION, según el diccionario de la lengua hispana, significa agitación, turbación del ánimo y está vinculado a los sinónimos: desconcierto y trastorno.

Desde un ángulo científico, la emoción es la respuesta brusca a un estimulo externo o interno que altera el equilibrio sicosomático, originando un tono afectivo intenso y una serie de  respuestas viscerales (tono vasomotor, respiratorias, cardiacas, endocrinas y glandulares, gastrointestinales, etc.)

Y porque conocer de las EMOCIONES?, Pues nos debe interesar, puesto que en nuestro diario trajinar, siempre experimentamos, tratamos y/o comentamos sobre las emociones como La Ira, el Miedo, la Tristeza, el Placer, el Amor, la sorpresa y la vergüenza, consideradas como emociones básicas. Pero nos damos este espacio, porque de una u otra manera,  estas conviven con nosotros y lo que es más, las llevamos dentro y por una u otra razón y en el momento menos esperado, afloran. Allí esta nuestro gran problema. El cómo afloran.

Los estudiosos de este interesantísimo tema, entre ellos BROCKERT y BRAUN, Jeanne SEGAL, Hendrie WEISINGER, Luis José USCATEGUI y especialmente Daniel GOLEMAN, consideran su estudio como parte de la inteligencia emocional y la definen como: «CAPACIDAD DE RECONOCER NUESTROS PROPIOS SENTIMIENTOS, LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMÁS, MOTIVARNOS Y MANEJAR ADECUADAMENTE LAS RELACIONES QUE SOSTENEMOS CON LOS DEMÁS Y CON NOSOTROS MISMOS».

Si nosotros nos detendríamos un momento a analizar de manera consciente y queriendo encontrar el verdadero significado de esta definición, nos daremos cuenta qué tan amplio e importante resultaría para nuestras vidas, tener la oportunidad de aplicarlo o tenerlo presente en cada una de nuestras actuaciones, con nosotros mismos y con los demás.

Tendríamos la oportunidad de pensar antes que actuar. Algo que parecería simple, pero analicemos un poco y resaltemos la importancia del control de las emociones y cómo éstas,  repercutirían en nosotros, en nuestra familia y sobre todo en nuestro entorno del cual necesitamos día a día, para hacer llevaderas nuestras vidas en este mundo llamado: de incomprensiones?.

Si, de incomprensiones, y sino recordemos la respuesta que dio Juan RULFO, cuando le preguntaron, «Pero, díganos maestro RULFO, ¿Qué aprendió usted, de tanta vida inmisericorde?… «Bueno….pues aprendí a deprimirme». (Artículo de Fernando Ampuero).

Como ustedes comprenderán, este tema es sumamente amplio, dada su importancia en la vida de las personas y de los grupos humanos, al cual no le damos la debida importancia, por lo que me quiero referir solo a algunos ejemplos en los que intervienen las emociones y que se constituyen en motivo de reflexión.

Hoy en día y por supuesto desde tiempos atrás, son muchos los usuarios y los momentos y                                            motivos en los que se resalta la frase, «los niños y niñas, son el futuro del Perú».

Pero… nos hemos puesto a pensar, cómo y cuándo la sociedad en su conjunto logrará que esos niños y niñas lleguen, algún día, a ser el futuro de nuestra sociedad y por ende del Perú?.

Acaso depende solo de ellos? por supuesto que NO. Depende de nosotros y lógicamente aquí retumba el eco de «NUESTRAS EMOCIONES», para ello, solo un ejemplo de lo que pueden ser capaces nuestras emociones y cómo afectan el futuro de nuestras vidas y especialmente de los niños y niñas.

Una familia de 03 miembros, de aquellas que aparentemente todo les sonríe, se preparaba para desayunar.  La niña, estaba sentada en la mesa, la mama servía el desayuno y el papá presuroso se alistaba para ir a su centro de labores. Cuando el papá se sentó a la mesa, elegantemente vestido, la niña involuntariamente derramó la tasa de café, llegando a mojar la corbata del papá. La reacción (emoción – ira) no se hizo esperar y el papá lanzó una bofetada a la niña, pretextando descuido de la inocente niña.

A lo comentado podríamos decir muchas cosas, pero solo vamos a referirnos a la falta de control de las emociones por parte del papá (ser querido) y cómo afecta a la niña (el futuro potencial de la humanidad). Las consecuencias son tácitas; una niña frustrada, resentida, y con un posible alejamiento del cariño de su «protector».

Nada de esto hubiera sucedido si se tuviera el control de las emociones. El papá solo le hubiera enseñado a la niña, «ten más cuidado en otra ocasión», se hubiera cambiado de corbata, llevado con tranquilidad a la niña a su colegio y llegar en el horario adecuado a su centro de labores; pero, por no tener el control de sus emociones, alteró su estado anímico, llegó tarde a su centro de labores y finalmente, que es lo más lamentable, tendrá una hija, potencialmente frustrada.

No creen que merece meditar sobre el control de nuestras emociones? seguimos pensando que los niños y las niñas son el futuro? claro que sí, pero ese  futuro, como ya escribí en otra oportunidad, está en nuestras manos hacerlo realidad.

Entonces, amigos, preparémonos a creer en nosotros mismos. Controlemos nuestras emociones y demos la oportunidad a nuestros niños y niñas, para que en verdad, sean el futuro de nuestro querido Perú. No creen que siempre estamos a tiempo?