¿Por qué se molestan con Bill Gates?

Luego de haber expresado ante la Madre Patria que las donaciones que destinan a Perú deberían ya dirigirlas hacia otros países en extrema pobreza. Si los directamente responsables de administrar  el gasto público en el país son quienes han generado esa apreciación y mensaje enviado a todo el mundo por uno de los hombres más millonarios del planeta, pero que sin embargo, nunca perdió su norte anclado en la esencia que debe conservar intacta todo ser humano que esté de paso por esta tierra, como es la profunda consecuencia para un pueblo sumido en carencias, sumido en necesidades, sumido en la falta de herramientas que les permita el manipular su propio desarrollo. Nunca se las dieron y siguen postergándoselas.

 

Bill Gates, sabe que el país actualmente mueve una economía envidiable para sus vecinos, cuyos políticos y autoridades se llenan de entusiasmo al mostrar presupuestos importantes para contribuir al desarrollo del país, región, provincia, distrito o pueblo alejado del corazón del Perú. Presupuestos millonarios que debido a la (desgraciadamente y esa es la gran tragedia peruana) incapacidad y corrupción enquistada, dichos presupuestos pasan desapercibidos en las zonas focalizadas entre la pobreza y extrema pobreza. ¿Cuántas instituciones públicas devuelven vergonzosamente millones al Estado porque no cuentan con proyectos viables que generen labores que contribuyan a mejorar la calidad de vida de una buena parte de ciudadanos?

 

El ser humano es el fin supremo de toda sociedad, dice nuestra Constitución Política del Estado. Mas todos se olvidan de ese motor y motivo que debería estar siempre impulsado en relevar tareas que puedan encargar a los millones de peruanos inmersos y al parecer, condenados a no salir del aquel círculo de necesidades. Pero no, se sigue priorizando en inversiones como plazas de armas suntuosas, monumentos al «cangrejo o la concha negra» en vez de crear pequeñas empresas de manera ordenada que den ingresos sostenidos a los hogares olvidados. Ahí debe actuar el Estado, en aquellas zonas focalizadas para empezar a mover la palanca del desarrollo. En Loreto, por ejemplo se debería empezar por atender real y consecuentemente a las comunidades nativas, dispersas y dejadas de lado eternamente por los gobiernos de turno. Claro que existe pobreza y extrema pobreza en la selva. Y eso no significa que Bill Gates no lo sepa.

 

Lo sabe, como sabe que existe en Huancavelica, en Puno, en el mismo Lima City, etc. El millonario no ha querido mostrar mezquindad por el Perú, porque sabe que hay pueblos enteros que necesitan del pan nuestro de cada día para no desfallecer; su mensaje ha sido dirigido específicamente a aquellos hombres y mujeres que fueron elegidos para manejar el dinero público en beneficio de todos -sin distinciones-. Quienes no están cumpliendo con el mandato popular y están gastando los millones de soles en cualquier cosa, menos en el objetivo principal que es mejorar la calidad de vida de todos los que un día con esperanza asistieron a las urnas a votar por ellos para que manejen su presupuesto de manera honesta y transparente.

 

Trabajo que no están haciendo y con ello se están perdiendo la gran oportunidad de ingresar por la puerta grande de la Historia del Perú o de cual sea su humilde pueblo.